Está previsto que a finales de febrero se presente en el Parlamento islandés un proyecto de ley que podría contribuir a acabar con esto —el Proyecto de ley sobre autonomía sexual y de género—, aunque carece de protecciones esenciales para las personas menores de edad. En concreto, no incluye ninguna disposición que ponga fin a los tratamientos quirúrgicos irreversibles, invasivos, no urgentes y “normalizadores” para niños y niñas nacidos con variaciones de las características sexuales.
Amnistía Internacional destacó que, a pesar de que Islandia ocupa el primer lugar en el índice de disparidad entre los géneros del Foro Económico Mundial, las autoridades islandesas no han establecido aún protocolos de atención sanitaria basados en derechos ni garantizan el acceso de las personas con variaciones de las características sexuales a una atención sanitaria adecuada a sus necesidades.
“Islandia goza de buena fama en cuanto a la igualdad de género, pero la forma en que el sistema sanitario del país trata a las personas intersexuales es enormemente inquietante. Las personas intersexuales, tanto menores de edad como adultas, son consideradas problemas que hay que arreglar, y el hecho de que no tengan acceso a una atención sanitaria centrada en sus derechos humanos puede causar un sufrimiento físico y mental permanente”, ha afirmado Laura Carter, investigadora de Amnistía Internacional sobre orientación sexual e identidad de género.
“Las personas con las que hablamos dijeron que sentían que los y las profesionales de la medicina no escuchaban lo que querían para ellas mismas o para sus hijos e hijas, y que optaban, en cambio, por ‘normalizar’ los cuerpos de las personas intersexuales mediante operaciones quirúrgicas invasivas o tratamientos hormonales. Ha habido recientemente algunos cambios de actitud, gracias en gran medida a la infatigable labor de las personas activistas intersexuales, pero la desinformación y el estigma predominantes hacen que se siga haciendo daño a las personas intersexuales”.
Amnistía Internacional pide al gobierno de Islandia que establezca unas directrices de derechos humanos claras y un apoyo social efectivo para garantizar que las personas con variaciones de las características sexuales pueden acceder al más alto nivel posible de salud.
Se calcula que en Islandia hay alrededor de 6.000 personas con características sexuales —genitales, gónadas, hormonas, cromosomas u órganos reproductivos— que difieren de las normas establecidas para lo “masculino” y lo “femenino”. Los datos de que dispone Amnistía Internacional indican que, en Islandia, las personas que nacen con variaciones de las características sexuales tienen dificultades para acceder a una atención sanitaria adecuada y centrada en sus derechos humanos, lo que en algunos casos puede causar daños duraderos.
Las personas que hablaron con Amnistía Internacional dijeron que la inexistencia de tratamientos adecuados había tenido un impacto negativo en su calidad de vida durante muchos años. En algunos casos, esto se agravó debido a la falta de acceso al historial médico, pues no se les facilita toda la información sobre lo que hicieron a sus cuerpos.
Kitty, activista intersexual que fundó la organización Intersex Islandia, afirmó:
“Es muy difícil conseguir una buena atención sanitaria porque nos ven como ‘trastornos’ que hay que arreglar... Muchos de los problemas de salud que aparecen se deben al tratamiento que recibimos en la infancia. No tendríamos todos estos casos de osteopenia o de osteoporosis si no nos hubieran sometido a gonadectomías en la infancia y a una terapia hormonal incompetente en la adolescencia”.
Y añadió:
“Me gustaría que estas variaciones fueran algo totalmente normal. No quiero que la gente tenga que esconderse o avergonzarse. Quiero que se comprenda y se acepte que la diversidad existe y es buena y está bien”.
Amnistía Internacional pide al gobierno de Islandia que adopte medidas concretas para proteger y promover la igualdad para las personas con variaciones de las características sexuales en la ley y en la práctica. El futuro Proyecto de ley sobre autonomía sexual y de género ofrece una oportunidad para abordar esto. Sin embargo, en su redacción actual, pierde la oportunidad de acabar con la cirugía innecesaria para “normalizar” el sexo, la esterilización y otros tratamientos aplicados a menores de edad intersexuales sin su consentimiento informado.
Amnistía Internacional pide también al gobierno de Islandia que cree un equipo multidisciplinar y especializado para el tratamiento médico de las personas, tanto menores de edad como adultas, con variaciones de las características sexuales. La organización pide asimismo al gobierno que elabore y aplique un protocolo de atención sanitaria basado en derechos para las personas con variaciones de las características sexuales a fin de garantizar su integridad física, su autonomía y su autodeterminación. El gobierno debe garantizar que ninguna persona menor de edad es sometida a tratamiento quirúrgico o de otro tipo no urgente, invasivo e irreversible que tenga efectos perjudiciales.
Información complementaria
Los términos empleados para referirse a las variaciones de las características sexuales son diversos y, en algunos casos, polémicos. Este informe emplea a menudo el término “intersexual”, ampliamente utilizado y con el que se identifican numerosas personas con variaciones de las características sexuales. Sin embargo, es importante señalar que no todas las personas con variaciones de las características sexuales se identifican como intersexuales.
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