Los Estados miembros de la Unión Europea (UE) y de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) deben abordar con urgencia los graves problemas de derechos humanos que afrontan sus respectivos continentes. Así lo declaró hoy Amnistía Internacional en una
carta abierta a los líderes y lideresas que asistirán a la cumbre de ambos organismos regionales que se celebrará en Bruselas los días 17 y 18 de julio.
Los dirigentes que asisten deben abordar urgentemente las cuestiones de
derechos humanos más apremiantes que afrontan hoy ambos continentes, como las relativas a las personas defensoras de los derechos humanos y el espacio de la sociedad civil; los derechos a la libertad de reunión pacífica y a la protesta pacífica; los derechos humanos de las personas refugiadas y migrantes; la violencia y la discriminación contra las mujeres y las niñas; y la defensa de los logros en materia de derechos humanos y del sistema internacional de derechos humanos.
Todos los
resultados y compromisos de la cumbre deberán perfilar públicamente unas medidas estratégicas y concretas para garantizar que los derechos humanos siguen estando en el centro de las relaciones UE-LAC y se incorporan de forma generalizada a todas las áreas de esas relaciones, desde las comerciales hasta las digitales pasando por el cambio climático, hasta el máximo nivel.
Amnistía Internacional sostiene que éste es un
momento crítico, especialmente para
Latinoamérica y el Caribe. Millones de personas se ven forzadas a huir de crisis y desastres medioambientales en su país de origen en busca de protección internacional. La región es el lugar más peligroso del mundo para quienes defienden los derechos humanos, pero, en lugar de tratar de resolver estos problemas, muchos Estados optan por reprimir las protestas y militarizar sus fronteras y políticas públicas. Esta cumbre ofrece la oportunidad de hacer un cambio significativo. Los líderes y lideresas de la región deben trabajar con sus homólogos europeos para buscar soluciones y defender los derechos humanos y la justicia para todas las personas.
Por su parte, los
dirigentes de la UE deben aprovechar esta cumbre para exponer motivos de preocupación en materia de derechos humanos a sus homólogos en Latinoamérica y el Caribe. Sin embargo, también tienen que mirar hacia dentro y afrontar las violaciones de derechos humanos que se cometen en la Unión, incluida la violencia contra quienes buscan seguridad en sus fronteras y las crecientes limitaciones impuestas a organizaciones independientes que trabajan por los derechos civiles. Esta cumbre ofrece a los dirigentes de la UE una oportunidad para volver a comprometerse con los derechos.
En un momento de retroceso mundial sostenido de los derechos humanos y de represión creciente de quienes los defienden, Amnistía Internacional pide a los Estados de Latinoamérica y el Caribe y de la UE que defiendan conjuntamente los derechos humanos universales en ambas regiones y en todo el planeta.