
Amnistía Internacional está en contacto con Al Qaws y otras organizaciones palestinas de derechos humanos y no planeamos responder de forma proactiva en este momento, pues nos indicaron que creen que sería mejor, en esta etapa, que la respuesta pública a estos sucesos esté encabezada por organizaciones locales.
Línea de respuesta:
“Las autoridades palestinas tienen la obligación de proteger los derechos de todas las personas en su territorio, sin discriminación alguna. No deben prohibir actos organizados por Al Qaws ni por ningún otro grupo LGBTI; antes bien, tienen la obligación de garantizar los derechos a la libertad de expresión y de reunión pacífica de las personas LGBTI en Palestina.
A Amnistía Internacional le preocupa que la retórica incendiaria de la policía palestina en Cisjordania haya causado una reacción contra las personas LGBTI en las redes sociales que, tememos, podría fomentar agresiones físicas contra estas personas.
Las autoridades palestinas deben retirar su declaración y prohibir la apología del odio que incite a la discriminación de personas LGBTI o a la hostilidad o la violencia hacia ellas. Las autoridades deben asimismo proteger a las personas de ataques, investigar estos cuando se cometan y garantizar que los perpetradores responden de ellos ante la justicia en juicios justos.
Las autoridades palestinas tienen el deber de garantizar que quienes defienden los derechos humanos, como Al Qaws, pueden hacer su trabajo sin amenazas, intimidación ni abusos; no proteger estas actividades e injerirse deliberadamente en su trabajo es una violación flagrante del derecho internacional”.