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Seán Binder y Sarah Mardini podrían ser condenados hasta 25 años de cárcel por ayudar a detectar barcos de personas refugiadas en peligro.

Tanto Sarah como Seán se conocieron en voluntariado cualificados de salvamento en Lesbos, Grecia. Sarah es refugiada de Siria, y su travesía hacia Europa fue noticia internacional cuando ella y su hermana, la nadadora olímpica Yusra Mardini, salvaron a 18 personas al arrastrar la embarcación en la que viajaban hasta un lugar seguro, antes de que se hundiera en el mar Mediterráneo. La increíble historia de la huída de las hermanas Mardini desde Siria hasta Europa INSPIRÓ la película Las Nadadoras disponible en Netflix.

Por otro lado, Seán Binder es hijo de un refugiado vietnamita. Por sus historias personales y su sensibilidad con el tema, no podían quedarse mirando sin hacer nada mientras otras personas refugiadas se ahogaban.

Su impresindible labor humanitaria salva vidas, y sin embargo ahora están siendo criminalizados por ayudar a personas refugiadas. En el juicio que empieza el 10 de enero en Grecia, pueden ser condenados hasta 25 años de cárcel. Pasaron más de 100 días en prisión antes de quedar en libertad bajo fianza en diciembre de 2018.

“El trabajo humanitario no es delito, ni es heroico. Ayudar a otras personas debería ser normal. Las personas reales que sufren y mueren son las que ya huyen de la persecución”, manifestó Seán Binder

Lamentablemente criminalizar al personal de ayuda humanitaria O abandonar a las personas refugiadas en el mar no será garantía de que menos personas refugiadas emprendan la travesía marítima, pero sí seguirá causando más muertes atroces.

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