23 julio 2013.-  En un documento publicado hoy, Amnistía Internacional manifestó que, a pesar de estar presentes, las fuerzas de seguridad no intervinieron durante un ataque brutal contra cristianos coptos que tuvo lugar en Luxor, el 5 de julio y que se extendió por 18 horas. Durante los actos de violencia sectaria, las fuerzas de seguridad dejaron a seis hombres asediados por una multitud enfurecida, de los cuales cuatro fueron asesinados y uno tuvo que ser hospitalizado. Además hubo otros cuatro heridos de gravedad.

 

Luego de la aparición del cadáver de un hombre musulmán, cerca de las casas de familias cristianas, una multitud, armada con barras metálicas, cuchillos, ramas de árbol y martillos, asaltó viviendas y negocios cristianos en Nagah Hassan, 18  kilómetros al oeste de Luxor. Pese a los reiterados pedidos de auxilio de parte de residentes locales y dirigentes religiosos, las fuerzas de seguridad presentes en el lugar sólo hicieron algunos intentos desganados de poner fin a la violencia, y no llegaron refuerzos suficientes.

“Es indignante que se haya permitido así una escalada sin límites de este ataque. Hemos documentado en el pasado diversos casos en que las fuerzas de seguridad egipcias emplearon fuerza innecesaria o munición real en manifestaciones; sin embargo, en este caso se mantuvieron al margen a pesar de que había vidas en peligro. Es necesario que se haga una investigación exhaustiva, imparcial e independiente sobre lo que pasó en Luxor y sobre la reacción inadecuada de las fuerzas de seguridad frente al ataque”, dijo Amnistía Internacional.

Los hechos violentos se iniciaron a las tres de la mañana, poco después del descubrimiento del cadáver del hombre musulmán en las cercanías de las viviendas cristianas. Su familia culpó de la muerte a un cristiano copto del vecindario. Al mediodía, más de un centenar de viviendas cristianas ya habían sido atacadas y decenas habían sido saqueadas o incendiadas. Según informes, residentes del lugar estuvieron todo el día llamando sin éxito a los números de emergencia de la policía y el ejército. Dirigentes religiosos locales también hicieron gestiones ante otros responsables de seguridad.

En uno de los episodios del ataque, las fuerzas de seguridad evacuaron a un grupo de mujeres y niños que estaban atrapados en una casa rodeada por una muchedumbre,  pero dejaron a seis hombres, al parecer accediendo a la exigencia de la multitud de que los hombres se quedaran. Cuatro de los hombres abandonados fueron posteriormente apuñalados y golpeados hasta morir,  y otro tuvo que recibir tratamiento hospitalario. Otros tres cristianos coptos quedaron gravemente heridos en distintos episodios violentos.

La comunidad cristiana copta sufre discriminación en Egipto desde hace décadas. Durante el mandato del Hosni Mubarak se registraron al menos 15 ataques importantes contra la población copta.  La violencia sectaria continuó bajo la autoridad del Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas y luego de la elección del presidente Mohamed Morsi. En 2013, durante los meses finales del gobierno del depuesto presidente Morsi, hubo al menos seis ataques contra edificios o iglesias coptas.

La Fiscalía de Luxor ha abierto investigaciones. Al menos 18 hombres continúan detenidos por cargos de homicidio, intento de homicidio, destrucción de propiedad y “vandalismo”, y se han recibido informes según los cuales algunos fueron golpeados por las fuerzas de seguridad tras su detención.

“La violencia sectaria continuada en Egipto es una mancha imborrable en el historial de los sucesivos gobiernos que no han tomado medidas en ningún momento para poner fin a los ataques contra las minorías. Se debe actuar de inmediato para garantizar la seguridad de los cristianos coptos y otras minorías. Los recientes ataques van a poner a prueba la voluntad política de las nuevas autoridades egipcias y su capacidad para romper, de una vez por todas, ese patrón de inacción e injusticia, ” afirmó Amnistía Internacional.