“Juega limpio, Brasil” es el nombre de la nueva campaña global de Amnistía Internacional, tendiente a que las autoridades de ese país garanticen el derecho a la protesta social durante el Mundial de Fútbol 2014, que comienza el mes próximo. Para pedirle a la presidenta Dilma Rousseff que no se utilice a la violencia para reprimir a quienes se manifiesten durante el desarrollo del torneo, la organización de derechos humanos lanzó el sitio www.aiyellowcard.org/ar. Hasta el 2 de junio se recolectarán allí firmas en apoyo a un petitorio para que se garantice el derecho a la libertad de expresión, que será entregado a las autoridades en Brasilia el 5 de junio, una semana antes del inicio del Mundial.
Desde que en junio del año pasado comenzaron en Brasil grandes manifestaciones por las deficiencias en los servicios públicos, entre otros motivos, la policía viene respondiendo con el uso de la fuerza excesiva e innecesaria. Es muy probable que las manifestaciones continúen durante el Mundial, cuando buena parte de la atención del mundo esté puesta en Brasil. Actualmente, autoridades federales y estatales de Brasil están adoptando medidas especiales sobre seguridad pública y actuación policial, ya que esperan que miles de personas salgan a protestar.
Amnistía recuerda que las protestas y movilizaciones son manifestaciones del ejercicio de la libertad de expresión todos ellos protegidos por el derecho internacional. En lugar de usar la violencia para reprimir a los manifestantes, el gobierno y las fuerzas de seguridad tienen la responsabilidad de garantizar la seguridad de las personas. El uso de gas lacrimógeno y balas de goma tiene que estar debidamente regulado y todo abuso por parte de policías debe investigarse y los responsables, responder ante la Justicia.
Con la campaña se busca unir a los hinchas de fútbol y a quienes están preocupados por los derechos humanos en todo el mundo, para hacer que salgan a la luz los abusos policiales y las violaciones a la libertad de expresión en Brasil. Amnistía Internacional se une con esta campaña a otras organizaciones de la sociedad civil de Brasil.
“Las protestas pacíficas nunca deben considerarse una amenaza. Por el contrario, las autoridades deben entablar un diálogo constructivo con quienes participan en las manifestaciones y nunca criminalizarlos”, dijo Amnistía Internacional.
Para contrarrestar las protestas, Brasil también ha empleado leyes concebidas contra la delincuencia organizada y ha reprimido a manifestantes pacíficos. El Congreso Nacional estudia actualmente nuevas leyes antiterroristas de redacción imprecisa que se podrían emplear para castigar a quienes participen en manifestaciones pacíficas y que amenazan el derecho a la libertad de expresión.