Los ataques de ayer contra al menos dos centros médicos en Siria son sólo los últimos de decenas de ataques al parecer deliberados contra hospitales, clínicas y personal médico cometidos en flagrante violación del Derecho Internacional Humanitario. Así lo ha manifestado Amnistía Internacional.
“Los ejércitos ruso y sirio saben perfectamente que los ataques deliberados contra centros médicos son crímenes de guerra. Todas las partes en el conflicto deben cesar en estos terribles ataques, dejar de destruir instalaciones médicas y permitir a los profesionales de la salud llevar a cabo su trabajo que salva vidas sin temor a que los maten o hieran en el desempeño de su labor”, ha declarado Amnistía Internacional.
Según la ONG humanitaria
Médicos sin Fronteras, cuatro misiles han impactado esta mañana en un hospital de campaña apoyado por ellos cerca de Maarat al Numan (gobernación de Idleb), en un ataque aéreo ruso sobre la zona. La instalación ha quedado en ruinas y se ha tenido noticia de la muerte de al menos nueve personas civiles, siete de ellas, miembros del personal.
Se ha tenido noticia de que otros centros médicos en otras ubicaciones al parecer también están siendo blanco de ataques, entre ellos un hospital materno infantil en Azaz, en el norte de Alepo. Al menos un misil tierra-tierra que, según se cree, fue disparado por las fuerzas gubernamentales sirias, impactó a pocos metros de dicho hospital, acabando con la vida de dos civiles, según informes.
La ONG Physicians for Human Rights ha estado haciendo el seguimiento de los
ataques contra profesionales de la salud e infraestructuras médicas en el conflicto sirio. Antes de los ataques de hoy, el grupo ya había documentado 336 ataques contra centros médicos que se han saldado con la muerte de 697 miembros del personal. Se sospecha que el gobierno sirio y las fuerzas aliadas están llevando a cabo la inmensa mayoría de dichos ataques.