“Desde décadas de censura por parte del Estado en Cuba hasta la demonización liderada por la Casa Blanca contra la prensa estadounidense y la ola incesante de ataques a periodistas mexicanos, América es aún una región sumamente difícil y peligrosa para quienes ejercen el periodismo”.
“México padeció el año pasado índices alarmantes de violencia contra la prensa y registró los asesinatos de 12 periodistas, lo cual convierte a ese país en el más letal del mundo para quienes ejercen el periodismo, junto con Siria. Los valientes periodistas mexicanos no sólo padecen amenazas y ataques del crimen organizado, sino también, en muchos casos, de funcionarios públicos”.
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“Mientras tanto, trabajadores y trabajadoras de los medios de comunicación en países como Colombia, Honduras, Nicaragua, Paraguay y Venezuela siguen afrontando diversos obstáculos graves, que incluyen amenazas, hostigamientos, intimidaciones y ataques. No se puede permitir que persistan esos esfuerzos siniestros por silenciar a la prensa y restringir la libertad de expresión”.
“Una prensa libre es fundamental para prevenir abusos contra los derechos humanos y combatir la impunidad. Todos los Estados de las Américas deben reconocer inmediatamente la importante labor de quienes ejercen el periodismo y otras funciones en los medios de comunicación, aplicar mecanismos eficaces para proteger a esas personas, e investigar de una manera exhaustiva, independiente e imparcial las amenazas y los ataques que padecen”.