Las masivas condenas a muerte impuestas hoy por un tribunal egipcio son un grotesco ejemplo de los defectos y del carácter selectivo del sistema de justicia de Egipto, ha declarado Amnistía Internacional.
Según los medios de comunicación estatales, en una sola vista celebrada esta mañana, el Tribunal Penal de Menia ha condenado a muerte a 529 partidarios del ex presidente Mohamed Morsi por su presunto papel en la violencia que siguió a su derrocamiento en julio del año pasado.
“Esto una injusticia flagrante y estas condenas a muerte deben anularse. Con la imposición de tal magnitud de penas de muerte en una sola causa, Egipto excede el número de condenas a la pena capital dictadas en un año en la mayoría de los países”, ha afirmado Amnistía Internacional.
“Es el mayor número de condenas a muerte simultáneas que hemos visto en los últimos años, no sólo en Egipto sino en cualquier país del mundo.
“Los tribunales egipcios actúan con rapidez para castigar a los seguidores de Mohamed Morsi, pero ignoran las violaciones graves de derechos humanos que cometen las fuerzas de seguridad. Mientras miles de partidarios de Morsi están entre rejas, no ha habido investigaciones adecuadas sobre la muerte de cientos de manifestantes. Sólo hay un agente de policía que podría ser condenado a prisión por la muerte de 37 detenidos.
“Sin un procedimiento independiente e imparcial con el que se pueda determinar la verdad y hacer justicia para todos, muchos se preguntarán si el sistema de justicia penal de Egipto tiene algo que ver con la justicia. En cualquier caso, el recurso a la pena de muerte es intrínsecamente injusto, y las autoridades egipcias deben imponer una moratoria de las ejecuciones, con vistas a abolir dicha pena.”
Las autoridades egipcias no divulgan cifras sobre condenas a muerte y ejecuciones pese a las reiteradas peticiones realizadas durante años por Amnistía Internacional. Según la información de que dispone la organización, los tribunales egipcios impusieron como mínimo 109 penas de muerte en 2013, al menos 91 en 2012 y un mínimo de 123 en 2011. La última ejecución de la que se tiene noticia se realizó en octubre de 2011, cuando un hombre fue ahorcado por matar a tiros a seis cristianos coptos y a un policía musulmán desde un vehículo en marcha en enero de 2010.