“Las autoridades mexicanas deben respetar el derecho de todas las personas a solicitar asilo y abstenerse de detenerlas, así como de usar la fuerza contra personas que sólo tratan de buscar seguridad para sus familias”, dijo Erika Guevara Rosas, directora para las Américas de Amnistía Internacional.
“En lugar de ceder a la presión del gobierno de Estados Unidos y violar sus derechos humanos, las autoridades mexicanas deben proporcionar a todas las personas de la caravana la ayuda que necesitan en este momento crucial”.
Alrededor de 7.000 personas, entre las que hay miles de familias y niños y niñas, entraron en México la semana pasada huyendo de la violencia y la precariedad de Honduras y otros países de Centroamérica y tratando de reconstruir su vida en condiciones de seguridad. Al menos mil de ellas han pedido asilo en México y, como consecuencia, están retenidas mientras esperan el resultado de su solicitud. El resto de la caravana sigue su camino hacia el norte.
La delegación de Amnistía Internacional observará la caravana en un tramo de su recorrido a través de Chiapas y documentará las condiciones en la frontera entre México y Guatemala, así como la situación de las personas detenidas.
Una señora hondureña ingresa a México tras desmayarse, varias personas sufrieron deshidratación, bajada de tensión y golpe de calor, tras llevar más de 24 horas esperando a ser procesadas por las autoridades mexicanas. Durante este tiempo no se les brindó ni agua, ni comida suficiente.