“Mi padre no tenía una cuenta de Facebook, pero lo asesinaron en Facebook.” – Amnistía Internacional Argentina | Defendemos los derechos humanos

“Mi padre no tenía una cuenta de Facebook, pero lo asesinaron en Facebook.”


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Esta es su historia.


Abrham Meareg, hijo de un académico tigriano que fue asesinado tras ser objeto de ataques en publicaciones de Facebook, es uno de los demandantes de la empresa tecnológica ante el Tribunal Superior de Kenia. Abrham comunicó a Facebook las amenazas contra su padre y pidió que retiraran esas publicaciones, pero Facebook no lo hizo hasta ocho días después de que su padre fuera asesinado.


Me llamo Abrham Meareg, mi padre era el profesor Meareg Amare Abrha de la Universidad de Bahir Dar, Etiopía. Era un profesor universitario muy respetado en el país. También era un hombre de familia, con esposa y cuatro hijos. Formábamos una familia feliz que vivía entre la comunidad de habla amárica a pesar de ser tigrianos. Mi padre convivió durante 40 años con personas de habla amárica con absoluta paz y respeto. Su prestigio nacional le convirtió en un objetivo. Los días 9 y 10 de octubre de 2021, en la página BDU STAFF de Facebook, que cuenta con 50.000 seguidores, aparecieron dos publicaciones en las que se mostraban fotos de mi padre y la dirección de nuestro domicilio. En la publicación y en los comentarios que generó se hacía referencia a él diciendo que era una persona corrupta, simpatizante del partido político Frente Popular de Liberación de Tigré (FPLT) y que había huido a Estados Unidos tras trasladar a su familia a Adís Abeba. Todas esas afirmaciones eran falsas.

El conflicto armado del norte de Etiopía


En aquel momento, Etiopía estaba inmersa en un conflicto armado en el norte del país en el que participaban las Fuerzas Federales Etíopes, el FPLT y otros grupos armados. Ese conflicto se caracterizó por un aumento de los mensajes en Internet que incitaban a la violencia y al uso de insultos racistas contra los tigrianos. En cuanto vi las publicaciones, supe que serían una condena a muerte para mi padre. Facebook es una plataforma pública de primer orden en Etiopía. En muchas partes del país es la principal fuente de información. Informé inmediatamente a Facebook de las publicaciones y pedí que las retiraran. A pesar de que presenté varios informes utilizando sus herramientas de notificación en el sitio web, no se tomó ninguna medida inmediata.

La muerte de mi padre


Facebook respondió finalmente el 11 de noviembre de 2021, ocho días después del asesinato de mi padre, diciendo que las publicaciones de BDU STAFF iban en contra de su política de normas comunitarias y que las había retirado. Ya era demasiado tarde. Tres semanas después, testigos presenciales me contaron que en la mañana del 3 de noviembre de 2021, mi padre fue seguido a casa desde la universidad por hombres armados vestidos con el uniforme de las Fuerzas Especiales de Amhara, que forman parte de la fuerza regional. Le dispararon dos veces al abrir la puerta. Las balas alcanzaron la casa, la valla, la puerta y las habitaciones del interior. Los testigos presenciales me contaron que se ordenó a los vecinos que no prestaran primeros auxilios, no lo llevaran al hospital ni cubrieran su cuerpo, diciendo que era un traidor. Estos relatos fueron corroborados por la división de Bahir Dar de la Comisión Etíope de Derechos Humanos.

Otros dos testigos me dijeron que mi padre fue enterrado en una tumba sin nombre. Los asesinos también se llevaron su coche particular ese día, destrozaron nuestra propiedad, obligaron a nuestra madre a trasladarse a Adís Abeba y tomaron el control total de nuestra casa familiar hasta el día de hoy.

No supimos nada de lo ocurrido hasta que un informe de la Comisión de Derechos Humanos de Etiopía nos informó de su entierro, lo que hace aún más amargo nuestro dolor. Ahora ya conocen mi historia y la de mi padre.

La responsabilidad de Facebook


Creo de todo corazón que Facebook contribuyó a su asesinato. La plataforma ha contribuido a difundir el odio y la violencia, con la consiguiente muerte de miles de compatriotas míos. Mi padre ni siquiera tenía una cuenta en Facebook, pero fue calumniado en Facebook, difamado en Facebook y asesinado en Facebook. Esa es la razón por la que estoy interponiendo una demanda ante el Tribunal Superior de Kenia, el país en el que se moderaron los mensajes que incitaron a los asesinos de mi padre.

En Kenia no sólo se moderan los mensajes de Etiopía, sino de toda África Oriental y Austral, donde viven más de 500 millones de personas. ¿Esas vidas no importan? ¿Acaso no importan todas las vidas africanas? Exijo una disculpa pública por parte de Meta. Exijo a Facebook que invierta para evitar que ocurran estas tragedias. Pido al tribunal de Kenia que ordene a Facebook que mejore sus sistemas de seguridad y contrate a un mayor número de personas que actúen como moderadores para que la violencia y el odio no sigan propagándose. Por último, pido al Tribunal que cree un fondo de restitución de 250.000 millones de chelines kenianos (unos 1.500 millones de dólares estadounidenses) en relación con las publicaciones que provoquen violencia, y otros 50.000 millones de chelines kenianos (unos 335.000 dólares estadounidenses) en relación con las publicaciones patrocinadas que hagan lo mismo. Nada de esto me devolverá a mi padre ni devolverá a los seres queridos de otras muchas personas, pero les ayudará a reconstruir sus vidas rotas. Después de todo, es sólo una pequeña parte de los enormes beneficios que Facebook ha obtenido gracias al odio viral. Mark Zuckerberg puede evitar que vuelva a ocurrir lo que le pasó a mi padre. No ha hecho lo suficiente y por eso hago esto para decir “nunca más”.



MUESTRA TU SOLIDARIDAD CON ABRHAM MEAREG


La proliferación del odio en Facebook ha vuelto a repetirse, esta vez en Etiopía. @Meta, aprendan de los errores cometidos en el pasado en Myanmar en 2017. #FixOurFeeds


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