Las autoridades militares de Myanmar deben responder de inmediato sobre el paradero y bienestar de dos activistas en favor de la democracia arrestados en Yangón el miércoles; así lo ha manifestado hoy Amnistía Internacional.
Paing Phyo Min y Shein Wai Aung fueron arrestados el 9 de octubre y enviados a un centro de interrogatorio, según tiene entendido Amnistía Internacional. La familia de Paing Phyo Min no ha podido llegar hasta él, y tampoco ha sido posible contactar con Shein Wai Aung ni con su padre, madre y hermana.
Al parecer, hasta seis personas más han sido arrestadas en el curso de redadas.
“Las fuerzas armadas de Myanmar deben responder de inmediato sobre el paradero y bienestar de Paing Phyo Min y de Shein Wai Aung y su familia. Si no van a acusarlos de algún delito reconocido internacionalmente, deben ponerlos en libertad de inmediato y sin condiciones”, ha afirmado Joe Freeman, investigador de Amnistía Internacional sobre Myanmar.
“Mientras los dirigentes de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) se reúnen en Laos para debatir cómo salir de la crisis desencadenada por el golpe de Estado de 2021, las fuerzas armadas de Myanmar continúan realizando detenciones arbitrarias y ejerciendo la represión en todo el país.”
Paing Phyo Min es conocido por su pertenencia a un grupo juvenil que representa thangyat, arte popular tradicional de Myanmar que combina poesía, comedia y música para tratar problemas sociales.
En 2019, Paing Phyo Min y otros miembros del grupo activista Peacock Generation fueron detenidos tras una representación de thangyat en la que salían disfrazados de soldados. Por ello fue condenado a seis años de prisión.
En 2020, Amnistía Internacional pidió la liberación de Paing Phyo Min como parte de su
campaña anual Escribe por los Derechos, en la que muchas personas le enviaron cartas para subirle el ánimo. Fue
liberado en 2021 como parte de una amnistía masiva.
Tras el golpe militar, él y varios más participaron en protestas pacíficas en Yangón, a pesar del peligro enorme tras violentos actos de represión.
Shein Wai Aung, antiguo alumno de la Universidad de Dagon en Yangón, ha participado activamente en protestas pacíficas y actividades de apoyo a presos políticos en Myanmar.
“Protestar hoy en Myanmar no es lo mismo que antes del golpe. Toda persona implicada en alguna forma de disidencia contra las fuerzas armadas se enfrenta a largas penas de cárcel, a tortura y otros malos tratos, e incluso a morir bajo custodia”, ha afirmado Joe Freeman.
“En el sistema penitenciario de Myanmar hay pocas esperanzas de recibir un trato justo, no existe la transparencia y las condiciones son sumamente precarias. Los centros de interrogatorio, adonde es probable que hayan enviado a ambos activistas, también son lugares tristemente célebres por los abusos contra los derechos humanos que allí se cometen, donde se utiliza la tortura para obtener información antes de la presentación formal de cargos.”
Las fuerzas armadas de Myanmar han matado a más de 5.000 civiles desde que tomaron el poder mediante un golpe de Estado el 1 de febrero de 2021. La Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (OACNUDH)
señala en su informe más reciente, publicado el mes pasado, que al menos 1.853 de estas personas han muerto bajo custodia.
En su informe de 2022
“15 Days Felt Like 15 Years”, Amnistía Internacional documentaba la tortura y otros malos tratos infligidos a personas en detención arbitraria por policías y militares tras el golpe.