Una joven recibió un disparo en la cabeza efectuado por las fuerzas de seguridad de Myanmar durante unas protestas. Así lo confirmó Amnistía Internacional tras investigar las imágenes que muestran el ataque. Estas imágenes también contradicen las aseveraciones del ejército de Myanmar de que las fuerzas de seguridad no llevaban armas letales.
Los expertos del Evidence Lab del Programa de Respuesta a las Crisis de Amnistía Internacional verificaron un
vídeo publicado en las redes sociales del disparo, que tuvo lugar en la capital, Naipyidó, el 9 de febrero. Según la información publicada en los medios de comunicación, la mujer sufrió una pérdida notable de la función cerebral y tiene pocas posibilidades de sobrevivir.
La “Unidad de Información Auténtica” del ejército de Myanmar dijo en una declaración que las fuerzas de seguridad sólo habían utilizado armas no letales. Sin embargo,
las imágenes muestran a un policía (en la imagen superior) empuñando un clon de Uzi BA-94 o BA-93, una variante de esta metralleta fabricada en Myanmar.
En las coordinadas verificadas de la imagen, el policía presuntamente autor del disparo está de pie al otro lado de la calle, o en un punto cercano, en la que se encontraba la mujer.
El angustioso vídeo capta en momento exacto en el que la joven, identificada en las redes sociales como Mya Thwe Thwe Khaing, de 19 años, es alcanzada por una bala en un lateral de la cabeza cuando se gira para dar la espalda a las fuerzas de seguridad. Cuando recibió el disparo se estaba refugiando con otros manifestantes de los cañones de agua tras una parada de autobús.
“Las graves lesiones sufridas por esta joven fueron causadas por la policía de Myanmar que disparó munición real directamente contra los manifestantes”, manifestó Sam Dubberley, director del Evidence Lab del Programa de Respuesta a las Crisis de Amnistía Internacional.
“Los materiales de redes sociales que hemos verificado muestran que la policía atacó imprudentemente a los manifestantes, sin ningún respeto hacia su vida o su seguridad. Su abominable uso de fuerza letal contra manifestantes es ilegal, y debe ser investigado de forma independiente, exhaustiva e inmediata.”
“El uso de fuerza innecesaria y excesiva por parte de las fuerzas de seguridad de Myanmar debe cesar de inmediato. Puesto que las protestas continúan, es fundamental que se respete el derecho de las personas a expresar pacíficamente sus reivindicaciones.”
Represión mortal de manifestaciones
Esta misma semana, decenas de miles de personas salieron a las calles en muchas ciudades de Myanmar —incluidas Naipyidó y las dos ciudades más grandes del país, Yangón y Mandalay— para protestar pacíficamente contra el golpe de Estado militar en el país. Las fuerzas de seguridad respondieron con
munición real, balas de goma, gas lacrimógeno y cañones de agua para intentar dispersar las protestas.
El Evidence Lab del Programa de Respuesta a las Crisis de Amnistía Internacional examinó fotografías y vídeos de la protesta en Naipyidó el 9 de febrero compartidos en las redes sociales. Después de que la joven fuera alcanzada por el disparo, se oyen más tarde más disparos en el vídeo, que también capta ráfagas de disparos procedentes de armas empuñadas por la policía. La ubicación del disparo se identificó en la calle de Taungnyo, justo al sureste de la rotonda de Thabyegone en Naipyidó (coordenadas: 19.746822, 96.117287).
Otras publicaciones en redes sociales muestran el impacto de la bala en el casco que llevaba la mujer, así como imágenes de escáner cerebral que parecen mostrar las graves lesiones que sufrió.
“Durante el control policial de las protestas, las fuerzas de seguridad deben siempre respetar, proteger y garantizar los derechos humanos de organizadores y participantes”, manifestó Sam Dubberley.
“Las fuerzas de seguridad deben garantizar también la seguridad y protección de periodistas, otros observadores de la protesta, transeúntes y personas que observan los sucesos.”
“El incumplimiento de este deber básico por parte de las fuerzas de seguridad de Myanmar en este caso resulta sumamente inquietante.”
Está previsto que el Consejo de Derechos Humanos celebre hoy (11 de febrero) una
sesión extraordinaria sobre la situación en Myanmar.
Los Principios Básicos de la ONU sobre el Empleo de la Fuerza y de Armas de Fuego por los Funcionarios Encargados de Hacer Cumplir la Ley disponen que las fuerzas de seguridad deben agotar todos los medios no violentos antes de emplear la fuerza, como último recurso. Estos principios disponen asimismo que las autoridades deben ejercer la máxima moderación y sólo recurrir al uso de armas de fuego para proteger contra la amenaza inminente de muerte o lesión grave, y cuando no exista el peligro de que se mate o se hiera a personas no implicadas.
Los disparos indiscriminados contra una multitud son siempre ilegítimos.