En respuesta a los informes sobre homicidios cometidos por las fuerzas armadas de Myanmar en 3 de marzo de 2021, el más mortal de los días transcurridos desde el golpe de Estado del 1 de febrero, la directora regional adjunta de Investigación de Amnistía Internacional, Emerlynne Gil, ha manifestado:
“Todo apunta a que las tropas aplican tácticas de disparar a matar para reprimir las protestas y, con el silencio de la administración militar, existe un consenso creciente en que el gobierno lo autoriza.
“Amnistía ha implicado anteriormente al general Min Aung Hlaing, el líder del golpe de Estado, en crímenes de lesa humanidad. Las horribles escenas que se producen ahora por todo Myanmar proporcionan crecientes pruebas de nuevos y claros actos de brutalidad cometidos bajo su mando. Todo lo que sabemos de la estructura de mando de las fuerzas armadas de Myanmar, el Tatmadaw, y el hecho de que no haya ningún llamamiento a la moderación por parte del general plantean preguntas que es necesario responder.
“El Tatmadaw lleva años actuando con impunidad en las zonas de las minorías étnicas, pero verle utilizar las mismas tácticas en ciudades en directo es una novedad muy alarmante.
“Estamos presenciando un aumento de los homicidios ilegítimos, incluidas evidentes ejecuciones extrajudiciales, sin que parezca hacerse nada para contener el uso de medios letales. Si acaso, las fuerzas de seguridad se muestran cada vez más insolentes en el uso de armas letales con cada día que pasa. Vemos con enorme alarma los indicios creíbles de empleo de ametralladoras en Yangón, la mayor ciudad del país, así como de aviones militares para sobrevolar las protestas en Yangón y Mandalay.
“Es absolutamente necesario y urgente llevar a cabo con prontitud una investigación efectiva, independiente e imparcial sobre las terribles violaciones de derechos humanos cometidas en todo Myanmar, incluida la cadena de mando responsable de estos atroces homicidios. Los jefes militares creen que van a salir indemnes de todo esto. La comunidad internacional tiene que garantizar que no será así.”
Información complementaria
Según los cálculos más recientes de la Asociación de Apoyo a los Presos Políticos-Birmania (AAPP-B), el número confirmado de personas muertas a manos de las fuerzas de seguridad en todo Myanmar el 3 de marzo de 2021 fue de 22. El 20 de febrero mataron a 17 manifestantes, con lo que el número total de víctimas mortales habidas desde el golpe del 1 de febrero ascendió al menos a 48. Medios de comunicación locales informaron de un elevado número de heridas de bala en la cabeza y la espalda como causa principal de las muertes.
La misión de investigación sobre Myanmar de la ONU ha pedido anteriormente que se inicien investigaciones y enjuiciamientos contra el general Min Aung Hlaing, el jefe militar myanmaro a cargo ahora del país, y otros altos cargos por crímenes de guerra, crímenes de lesa humanidad y genocidio.
Las investigaciones de Amnistía Internacional han revelado anteriormente cómo el despliegue de batallones de infantería específicos por el alto mando militar ha sido causa de algunas de las violaciones de derechos humanos más atroces del ejército de Myanmar. Esos mismos batallones han sido identificados ya en escenarios de protestas desde el golpe.