Ante los informes de que un niño hindú de ocho años del pueblo de Bhong, en Rahim Yar Jan, provincia de Punyab, ha sido formalmente acusado de blasfemia —delito que conlleva la pena de muerte preceptiva— por haber orinado presuntamente en la biblioteca de una madrasa (escuela religiosa) donde se conservan textos religiosos, dando pie a un ataque multitudinario contra un templo hindú local, Rimmel Mohydin, responsable de campañas de Amnistía Internacional para Asia Meridional, ha declarado:
“Hace ya tiempo que se abusa de las leyes sobre blasfemia de Pakistán para actuar contra grupos minoritarios, pero este caso supone una desviación de la ley escandalosa y extrema. Además de garantizar la retirada de estos cargos absurdos, las autoridades paquistaníes deben proporcionar protección de inmediato al niño, a su familia y a la comunidad hindú en su conjunto. Asimismo, los responsables de la violencia colectiva desatada tras los presuntos hechos deben ser obligados a rendir cuentas.
“La semana en que se conmemora el Día de las Minorías Nacionales en Paquistán, pedimos a las autoridades que anulen con carácter urgente esta perniciosa legislación. Las minorías son objeto de ataques continuos en el país; pocos casos pueden ilustrar la persecución que sufren mejor que éste, donde se acusa a un niño de ocho años de un delito que conlleva le pena de muerte preceptiva.”
Según informes, el niño está actualmente bajo custodia de protección tras quedar en libertad bajo fianza la semana pasada, y su familia ha tenido que esconderse. Tras su liberación, un templo hindú local fue atacado por una muchedumbre, lo que llevó a miembros de la comunidad hindú a huir de sus casas. De momento, 20 personas han sido detenidas en relación con los ataques y la Asamblea Nacional ha aprobado por unanimidad una resolución de condena del ataque al templo. Esto debe dar lugar a una rendición de cuentas significativa y la adopción de medidas sustantivas.
Información complementaria
El
artículo 295C del Código Penal de Pakistán (véase pág. 18 del documento del enlace) establece la pena de muerte preceptiva para el delito de blasfemia, aunque no se sabe con certeza la cláusula específica en virtud de la que ha sido acusado.
Las
leyes sobre blasfemia de Pakistán son imprecisas, generales y coercitivas, dan pie a abusos e incumplen la obligación jurídica internacional contraída por Pakistán de respetar y proteger los derechos humanos, entre ellos la libertad de religión o credo y la libertad de opinión y expresión.
Aquí encontrarán más información.
La población hindú es la minoría religiosa más numerosa de Paquistán: se calcula que representa entre el dos y el tres por ciento de la población. En diciembre de 2020 se prendió fuego a otro templo hindú en Jyber Pajtunjwa cuando las
autoridades paralizaron la construcción de un templo y centro comunitario hindú en la capital.