De Yecenia Armenta, Culiacán, Mexico 10 julio 2015
Queridos amigos y amigas:
Les escribo desde una celda en una prisión en el norte de México. Ya el calor empieza a subir, en estos meses de verano pasará de los 40 grados, y aquí todos transpiramos mucho.
Tres años: He visto los veranos venir y pasar, la gente llegar y partir. También he visto crecer a mis hijos, fuera de estas paredes. Tres años de cambio y movimiento: pero yo sigo aquí. Tengo que confesar que muchas veces me he sentido cansada, y vencida.
Antes yo me sentía útil en la sociedad; pero me torturaron
Antes de que pasara todo esto, yo me sentía útil en la sociedad, y me encantaba cuidar a los demás. Pero un día fui detenida y torturada por policías mexicanos. Me torturaron físicamente, psicológicamente y sexualmente. Luego, me acusaron de un crimen que yo nunca cometí.
Yecenia en la prisión, mayo de 2015
Esas mismas autoridades están ahora impidiendo mi libertad, me están negando la justicia. Por eso, necesito su ayuda: las autoridades deben saber que el mundo las está viendo. Sin esta presión, las autoridades se olvidarán de mí.
Creo que mucha gente se identificará con mi historia. Amnistía Internacional me ha visitado recientemente, y me ha contado de las experiencias de otras personas – como Claudia Medina– cuyas experiencias son semejantes a la mía. Pero ellas han sido liberadas gracias a la solidaridad y la presión de miles de ustedes en todo el mundo. Tengo la esperanza de que me pueda ocurrir lo mismo.
Quiero vivir en libertad
Un recuerdo viene a mi mente. Antes de que pasara todo esto, llevaba mi hijo a clases de natación y veía cómo los demás niños competían entre sí para ser la más veloz o el más fuerte. Pero mi hijo no. Él no nadaba. Al contrario, flotaba feliz y libre en medio del agua, mientras que los otros lo pasaban volando. Chapuceaba sin preocupaciones. Me preocupaba que no hiciera caso a su profesor, pero ahora me doy cuenta y me da gusto que él se sintiera libre para ser tal y como era. Todos y todas debemos ser libres para ser quienes somos. La libertad es vital para cualquier ser humano. La libertad nos ayuda respirar, nos ayuda a vivir plenamente.
Yo también quiero vivir en libertad, para ser quien soy, tal y como soy.
Tengo fe en ustedes
No quiero pasar otro día más aquí. Quiero que se escuche mi historia, y les pido, queridos amigos y amigas, que me ayuden. Necesito su ayuda para demandar justicia de parte de las autoridades, y tengo fe y esperanza que así sea.
Mientras tanto, aquí estaré en mi celda, rezando para que todo salga bien.
Con cariño y gratitud,
Yecenia Armenta
Yecenia Armenta fue arrestada, torturada y obligada a firmar una confesión por un crimen que dice que no cometió. Firmá ahora nuestro petitorio y exigí su liberación inmediata. Yecenia merece ser libre y ver a sus torturadores ante la justicia, al igual que muchos otros en México.