En los próximos días el Senado decidirá sobre los pliegos de los dos candidatos a cubrir las vacantes en la Corte Suprema de Justicia de la Nación, propuestos por el Poder Ejecutivo. De ser aprobados, el máximo tribunal quedará integrado por cuatro hombres y sólo una mujer.
La paridad en la integración de la Corte es necesaria para garantizar y promover la perspectiva de género en la Justicia en todos sus niveles.
El decreto 222/03, sobre cómo es el procedimiento para proponer candidatos a integrar la Corte Suprema, expresamente dispone –en su artículo 3º– que se respete la diversidad de género en su composición. La propuesta del Poder Ejecutivo no sigue esta línea.
#MujeresALaCorte propone no retroceder en el objetivo
de lograr la paridad de género en la Corte Suprema en particular,
y en la Justicia en general.
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Por qué #MujeresALaCorte
-Porque la presencia de juezas con perspectiva de género mejora la vida de las mujeres.
-Porque la experiencia demuestra que los momentos de mayor participación política de las mujeres en espacios de decisión coinciden con el desarrollo de estándares que protegen y garantizan sus derechos.
-Porque a partir de los nombramientos de Carmen Argibay y de Elena Highton de Nolasco es que se crearon –con estas juezas al frente– la Oficina de la Mujer y la Oficina de Violencia Doméstica de la Corte, pasos fundamentales para documentar la situación estructural de discriminación de género y promover formas de revertirlo.
-Porque la diversidad de género es uno de los parámetros que garantizan las legitimidad democrática de la Corte Suprema, según dispone el decreto 222/03.
-Porque la presencia de juezas en la Corte Suprema enfrenta los estereotipos de género que alimentan la discriminación cotidiana y la exclusión de las mujeres en los espacios de decisión, en todas las escalas.
La presencia de juezas con perspectiva de género en el máximo tribunal permite avanzar en la defensa de los derechos humanos de las mujeres.
#MujeresALaCorte para revertir la segregación en la propia Justicia:
El Mapa de Género de la Justicia Argentina, relevamiento que realiza la Oficina de la Mujer desde 2010, demuestra que a pesar de que la composición del Poder Judicial es mayoritariamente femenina (56%), la presencia de mujeres en los cargos más altos de la justicia no lo refleja: son el 63% en las jefaturas de despacho, el 52% en las secretarías de juzgados, un 54% en las secretarías de cámara, un 37,5% en cargos de juez/jueza y un 25% de los/las camaristas:
Proponemos que el Poder Ejecutivo y el Senado se comprometan con #MujeresALa Corte porque:
-La Constitución y los tratados de Derechos Humanos a los que adhiere el Estado argentino–entre otros acuerdos y consensos internacionales– comprometen a fomentar la paridad en los espacios del poder político, incluyendo medidas de acción positivas como las normas de cupos en los cuerpos legislativos y los criterios de diversidad en la Corte establecidos en el decreto 222/03.
-La Convención para la Eliminación de las Formas de Discriminación contra las Mujeres (Cedaw, por su sigla en inglés), con jerarquía constitucional desde 1994, compromete a los estados adheridos a garantizar la igualar las condiciones de acceso de las mujeres a “ocupar cargos públicos y ejercer todas las funciones públicas en todos los planos gubernamentales”.
#MujeresALa Corte es un objetivo internacional. Algunos ejemplos:
-La Corte Suprema de los Estados Unidos tuvo cuatro juezas en toda su historia. Dos fueron nominadas por el actual presidente Barack Obama, Sonia Sotomayor y Elena Kagan. En dos de las tres oportunidades en que debió proponer candidatos, se inclinó por mujeres. Al nombrar a estas dos juezas, Obama completó un cupo de tres, en una corte de nueve miembros (actualmente ocho, por fallecimiento de un juez en febrero pasado), la proporción más alta de mujeres en la historia del máximo tribunal norteamericano.
Cuando fue nombrada Kagan, dijo: “Es un signo de progreso que me emociona no sólo como padre que desea posibilidades sin límites para mis dos hijas, sino como estadounidense orgulloso de que nuestro Tribunal Supremo sea más inclusivo, más representativo y refleje mejor que nunca quienes somos como pueblo”.
-La costarricense Elizabeth Odio Benito fue elegida hace un año como integrante de la Corte Interamericana de DDHH, que durante siete años no tuvo mujeres. Odio Benito participó del Tribunal Internacional que consideró la violación como un crimen de guerra: “Se dijo [en esa sentencia] algo que para las feministas resultó muy valioso: que eso le pasó a ella por ser mujer, no por estar en el lugar equivocado en el momento equivocado ni nada así, sino por ser mujer”.
-Zarella Villanueva Mong, presidenta de la Corte Suprema de Costa Rica desde 2013, afirma que la política de igualdad de género del Poder Judicial “permite una aplicación de la ley que no perpetúe la subordinación de las mujeres”.