El director ejecutivo de Amnistía Reino Unido propone a Richard Masters una reunión para hablar sobre una nueva prueba para propietarios y directivos compatible con los derechos humanos
La propuesta coincide con el examen del gobierno sobre la gobernanza empresarial en el fútbol inglés.
“El modo en que la Premier League ha gestionado este acuerdo suscita numerosas y preocupantes dudas sobre el lavado de imagen a través del deporte” Sacha Deshmukh
Amnistía Internacional se ha dirigido por escrito al presidente de la Premier League inglesa para proponerle hablar de los cambios propuestos en materia de derechos humanos en la prueba para propietarios y directivos de fútbol tras la polémica adquisición del Newcastle United Football Club por un consorcio respaldado por Arabia Saudí la semana pasada.
Sacha Deshmukh, director ejecutivo de Amnistía Internacional Reino Unido, se ha dirigido por escrito al presidente de la Premier League, Richard Masters, para proponerle una reunión con el abogado corporativo David Chivers, coautor de la nueva prueba para propietarios y directivos compatible con los derechos humanos, en representación de Amnistía Internacional.
La prueba actualizada se envió a la Premier League el pasado julio, cuando parecía improbable que prosperara el acuerdo del Newcastle con Arabia Saudí. Pero la semana pasada se formalizó el acuerdo de forma precipitada, lo que dio un nuevo impulso a los llamamientos a la liga inglesa para que actualice urgentemente sus normas de propiedad.
El análisis de Amnistía demuestra que la prueba para propietarios en su forma actual presenta numerosas y graves deficiencias, al no poner impedimentos a la propiedad a quienes han sido cómplices en actos de tortura, esclavitud, trata de seres humanos e incluso crímenes de guerra. En el documento “Cambios propuestos en la prueba para propietarios y directivos sobre las normas de la Premier League para abordar las normas internacionales sobre derechos humanos y discriminación”, el letrado Chivers señala que la expresión “derechos humanos” ni siquiera aparece en el texto actual de la prueba.
El acuerdo de la semana pasada se ha basado, al parecer, en garantías de que el gobierno saudí no se participará en la gestión del Newcastle United, a pesar de que el Fondo Público de Inversión de Arabia Saudí, accionista mayoritario del club, está presidido y controlado directamente por el príncipe heredero saudí, Mohammed bin Salman.
Bajo el liderazgo del príncipe heredero Mohammed bin Salman, en Arabia Saudí se ha llevado a cabo una importante campaña de represión de los derechos humanos en la que se ha detenido, torturado y juzgado a personas que criticaban al gobierno o defendían los derechos humanos, incluidas destacadas activistas de los derechos de las mujeres. En octubre de 2018, el periodista Jamal Khashoggi fue asesinado en el consulado saudí de Estambul; su muerte, según la ONU, fue “supervisada, planeada y aprobada por autoridades de alto nivel” del Estado saudí.
La semana pasada se confirmó la condena a 20 años de prisión impuesta al trabajador de ayuda humanitaria saudí Abdulrahman al Sadhan por publicar tuits satíricos de crítica a las autoridades, lo que suscitó la repulsa del Departamento de Estado estadounidense. La prolongada condena a Al Sadhan se impuso en abril tras un juicio injusto ante el tristemente célebre Tribunal Penal Especializado saudí. (Más información sobre la situación de los derechos humanos en Arabia Saudí, aquí.)
Sacha Deshmukh, director ejecutivo de Amnistía Internacional Reino Unido, ha manifestado:
“El modo en que la Premier League ha gestionado este acuerdo suscita numerosas y preocupantes dudas sobre el lavado de imagen a través del deporte, sobre los derechos humanos y el deporte, y sobre la integridad del fútbol inglés.
¿Cómo va a ser bueno para el fútbol que la actual prueba de la Premier League para propietarios y directivos no tenga absolutamente nada que decir sobre los derechos humanos?
Ante los acontecimientos de la semana pasada, es más urgente si cabe el examen que está llevando a cabo el gobierno sobre la gobernanza en el fútbol inglés.
El fútbol es un deporte global en un escenario global; urge actualizar sus normas de propiedad para evitar que quienes están implicados en graves violaciones de derechos humanos puedan invertir en la pasión y el encanto del fútbol inglés.
Esperamos que Richard Masters sepa ver que hacer compatibles las normas de propiedad del fútbol con los derechos humanos sólo puede beneficiar al fútbol a la larga.”