En respuesta a la publicación de la investigación sobre la guerra de Irak, el largamente esperado informe de Sir John Chilcot sobre la participación de Reino Unido en la guerra de Irak de 2003, Salil Shetty, secretario general de Amnistía Internacional, ha manifestado:
“En el periodo previo a la invasión, Amnistía Internacional instó a que se evaluaran cuidadosamente las consecuencias, potencialmente graves, de la acción militar. Y en vísperas de la invasión encabezada por Estados Unidos, nuestra organización instó a que se respetaran plenamente el derecho internacional de los derechos humanos y el derecho internacional humanitario.”
“Por desgracia, nuestro temor por la seguridad de la población civil estaba bien fundado. Miles de civiles murieron o resultaron heridos, en algunos casos en ataques ilegítimos; millones de personas se vieron obligadas a abandonar sus casas; y el país entero se vio arrojado al caos mientras las fuerzas de ocupación incumplían su obligación de mantener la seguridad.”
“Aunque el Informe Chilcot no se centró estrictamente en los derechos humanos, una evaluación significativa sobre la invasión de Irak encabezada por Estados Unidos y sobre su periodo posterior no puede pasar por alto el devastador legado de derechos humanos que todo aquello dejó para millones de iraquíes. Los gobiernos británico y estadounidense utilizaron cínicamente el atroz historial de derechos humanos de Sadam Husein —documentado en informes de Amnistía Internacional— para obtener apoyo público a la guerra. Su conducta durante la ocupación pronto dejó al descubierto su hipocresía al explotar la retórica de los derechos humanos.”
“De hecho, la ocupación posterior se caracterizó por las violaciones generalizadas de derechos humanos. Trece años después, el periodo posterior a la invasión se ha convertido en sinónimo de impactantes imágenes de tortura de detenidos en Abu Ghraib, el homicidio de Baha Mousa bajo custodia de Reino Unido, una violencia sectaria cada vez mayor y atentados suicidas que se han cobrado decenas de miles de vidas más.”
“Una manera de mostrar que el gobierno británico ha tratado de aprender de lo sucedido en Irak sería que garantizara que las actuales investigaciones sobre las denuncias de homicidios ilegítimos y tortura y otros malos tratos a manos de las fuerzas armadas de Reino Unido en Irak son realmente efectivas y sólidas. Para ello, debe incluirse una evaluación adecuada de hasta qué punto fueron sistémicas las violaciones de derechos humanos, y deben repartirse las culpas en todos los niveles, algo que hasta ahora ha estado totalmente ausente.”
“Cuando existan pruebas admisibles suficientes, los sospechosos de ser penalmente responsables —independientemente de su rango o posición— deben ser procesados en juicios justos, y las víctimas y sus familias deben recibir reparación completa. Reino Unido debe además cooperar plenamente con el examen preliminar de la Corte Penal Internacional sobre los presuntos delitos cometidos por ciudadanos británicos en Irak entre 2003 y 2008, unos delitos que incluyen el asesinato, la tortura y otros malos tratos.”
INFORME COMPLETO - CLICK AQUÍ