Después de que el presidente Vladimir Putin haya firmado una reforma legal que despenaliza algunas formas de violencia en el ámbito familia, Amnistía Internacional, ha manifestado:
Aunque el gobierno ruso afirma que esta reforma servirá para ‘proteger los valores familiares’, en realidad pisotea los derechos de las mujeres. Es un intento repugnante de trivializar aún más la violencia intrafamiliar, una cuestión a la que el gobierno ruso lleva mucho tiempo intentando restar importancia. Con demasiada frecuencia, las víctimas se encuentran con que no pueden recurrir a la ley para obtener protección, y se permite que sus maltratadores se salgan con la suya, pues son muy pocos los que acaban en prisión.
En los más de diez años transcurridos desde que Amnistía Internacional publicó
su último informe sobre la violencia intrafamiliar imperante en Rusia, las autoridades no han puesto en práctica ni una sola medida para mejorar la protección y los servicios para las víctimas.
Rusia está muy por detrás del desarrollo mundial a la hora de proteger a las víctimas de la violencia en el ámbito familiar, y ha puesto en práctica muy pocas medidas tales como refugios financiados por el gobierno, prácticas efectivas de órdenes de protección o formación para la policía sobre cómo responder a las denuncias de abusos y proteger a las víctimas.
Las autoridades rusas deben abolir esta legislación abusiva y adoptar un paquete completo de medidas para abordar de una vez por todas la enorme magnitud de la violencia intrafamiliar en el país.
Rusia es Estado Parte en la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer. El Comité de la ONU para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer ha
criticado específicamente a Rusia por no emprender acciones para abordar la violencia en el ámbito familiar.