En respuesta a la decisión de las autoridades rusas de bloquear el acceso al sitio web de Amnistía Internacional en lengua rusa —en el marco de la ofensiva del Kremlin contra la libertad de expresión tras la invasión rusa de Ucrania—, la directora de Amnistía Internacional para Europa Oriental y Asia Central, Marie Struthers, ha declarado lo siguiente:
“La población rusa tiene derecho a buscar, recibir y difundir información e ideas de toda índole y de cualquier fuente disponible. Al bloquear el sitio web de Amnistía Internacional en lengua rusa, y los de otras muchas organizaciones de derechos humanos, medios de comunicación independientes y redes sociales, el Kremlin demuestra ser incapaz de digerir la verdad sobre el horror que Rusia ha desencadenado en Ucrania.
La población rusa tiene derecho a buscar, recibir y difundir información e ideas de toda índole y de cualquier fuente disponible.
Marie Struthers, directora de Amnistía Internacional para Europa Oriental y Asia Central
Se trata de un intento más, por parte de las autoridades rusas, de reprimir la información sobre los presuntos crímenes de guerra que sus tropas están perpetrando en Ucrania, y de ocultársela a los usuarios y usuarias de todo el país. Instamos a Rusia a desbloquear de inmediato el sitio web de Amnistía Internacional en ruso, y a permitir a la población decidir libremente qué fuentes de información desea consultar”.
Información complementaria
El 11 de marzo trascendió que la Roskomnadzor —agencia reguladora de los medios de comunicación en Rusia— había bloqueado el acceso al sitio web de Amnistía Internacional en lengua rusa (eurasia.amnesty.org), a los sitios web del movimiento de derechos humanos Golos (observatorio electoral independiente) y de los medios de comunicación independientes Colta y Vazhnye Istorii (Historias importantes). La semana pasada este último fue catalogado como “organización indeseable”, con lo que quedó ilegalizado y se le prohibió seguir trabajando en Rusia. Todos estos sitios web han sido bloqueados a instancias del fiscal general.
A lo largo de las últimas semanas, las autoridades rusas han desatado una oleada de represión sin precedentes en todo el país contra el periodismo independiente, las protestas contra la guerra y cualquier voz contraria a la invasión rusa de Ucrania, para lo que han llegado a prohibir el empleo de términos como “guerra” e “invasión” y a criminalizar toda información independiente sobre el conflicto.