El secretario general de la ONU António Guterres ha hecho público un
informe sobre la necesidad de que la respuesta a la COVID-19 esté centrada en los derechos humanos, alertando del riesgo de que la pandemia se convierta en una crisis de derechos humanos. Steve Cockburn, director adjunto de Asuntos Globales de Amnistía Internacional, declaró:
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El informe de António Guterres es un oportuno recordatorio de que los derechos humanos tienen que estar en el centro de la respuesta y la recuperación. Tanto la carencia de vivienda como la falta de acceso a la atención médica, la ocultación de información y el desempleo son problemas de derechos humanos. La precariedad de las condiciones penitenciarias y el hacinamiento en los campos para personas refugiadas son de pronto noticias de portada, pero, para muchas personas, este sufrimiento es una realidad cotidiana desde que tienen memoria. Esta pandemia eliminó las distracciones que nos permitían fingir que las violaciones de derechos de personas que viven lejos o tienen un aspecto diferente no nos conciernen.
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Si una persona está enferma de COVID-19, todas las personas estamos en riesgo, y lo mismo es cierto para los derechos humanos. Un mundo que protege los derechos de un puñado de afortunados es nocivo e insostenible. Acogemos con satisfacción el llamamiento del secretario general a los gobiernos para que pongan los derechos humanos en el centro de la respuesta a esta pandemia. Mientras avanzamos por esta crisis y salimos de ella, debemos comprometernos a construir un mundo mejor en el que los derechos humanos proporcionen el marco para acabar con la desigualdad y la injusticia”.
Amnistía Internacional está haciendo un seguimiento de las violaciones de derechos humanos que se cometen en el contexto de la pandemia de COVID-19, incluidos los relativos a la salud, al acceso a la información, a la vivienda, el agua y el saneamiento, a no ser objeto de discriminación y los derechos al trabajo y derechos laborales. Más información aquí.