El primer juicio de dos ex agentes del servicio de seguridad del gobierno sirio acusados de crímenes de lesa humanidad constituye un importante paso hacia la justicia. Así lo ha manifestado Amnistía Internacional.
Mañana, Anwar Raslan, acusado, según los informes, de actos de tortura que incluyen violación y violencia sexual, y Eyad al Gharib, acusado, según los informes, de tortura, serán juzgados ante el Tribunal Superior Regional de Coblenza, en Alemania.
“Este juicio es un paso histórico en la lucha por la justicia para las decenas de miles de personas detenidas ilegalmente, torturadas y muertas de forma violenta en prisiones y centros de detención del gobierno sirio”, ha manifestado Lynn Maalouf, directora de investigación de Amnistía Internacional sobre Oriente Medio.
“Esto no habría sido posible sin la valentía y los sacrificios de las personas supervivientes de Siria, las familias de las víctimas y decenas de personas y organizaciones más que han buscado implacablemente la justicia y la verdad, arriesgando en muchos casos sus propias vidas en el intento.”
“En un momento en el que la población siria siente que la comunidad internacional le ha fallado, este juicio trae nuevas esperanzas de que aún es posible un cierto grado de justicia. Todas las personas supervivientes y las familias de las víctimas tienen derecho a la verdad, la reparación y a la justicia.”
“Amnistía Internacional pide también a los Estados que sigan los pasos de Alemania e inicien procedimientos similares contra personas sospechosas de haber cometido crímenes de derecho internacional, utilizando, si es preciso, sus unidades sobre crímenes de guerra.”
Información complementaria
Amnistía Internacional ha documentado y denunciado públicamente la práctica sistemática del gobierno sirio que, durante décadas, ha recurrido a la detención arbitraria, la tortura, otros malos tratos y la desaparición forzada. La organización ha publicado varios informes en los que documenta las condiciones inhumanas en las prisiones de Siria, en las que la desaparición forzada, la tortura y otros malos tratos han dado lugar a muertes bajo custodia, y donde las ejecuciones extrajudiciales tras simulacros de juicio son práctica habitual. Estas prácticas, cometidas de forma generalizada y sistemática, constituyen crímenes de lesa humanidad, y también crímenes de guerra.
Hasta la fecha, la jurisdicción universal ha sido el único medio para las personas de Siria que confían en que se haga justicia por los crímenes de guerra y los crímenes de lesa humanidad. Amnistía Internacional sigue pidiendo al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas que remita la situación de Siria a la Corte Penal Internacional.