Tras el discurso pronunciado por Bekir Bozdag, ministro de Justicia de Turquía, en el que afirmó que el gobierno recomendaría la suspensión del juicio
in absentia contra 26 ciudadanos saudíes acusados del asesinato del periodista Jamal Khashoggi y la remisión del caso a Arabia Saudí, la secretaria general de Amnistía Internacional, Agnès Callamard, ha manifestado:
“Hoy es un día triste para todas las personas que llevan más de tres años haciendo campaña para que se haga justicia por el asesinato de Jamal Khashoggi.
Si Turquía remite a Arabia Saudí el caso de este asesinato cometido en su territorio, lo estará poniendo en manos de los propios responsables de manera consciente e intencionada. El sistema saudí, de hecho, ha rehusado repetidamente cooperar con la fiscalía turca, y está claro que un tribunal saudí no puede impartir justicia en este caso.
¿Qué fue del compromiso declarado por Turquía de que prevalecería la justicia sobre este atroz asesinato y el caso nunca se convertiría en instrumento de maniobras e intereses políticos?
Si el gobierno termina recomendando la suspensión del procesamiento, estará garantizando impunidad a los responsables: todo lo contrario de hacer justicia a Jamal.
Aunque Amnistía Internacional ve con preocupación los juicios
in absentia, el ministro de Justicia ha allanado el camino a la impunidad y la injusticia; sin embargo, si se actúa con decisión, aún no es demasiado tarde para revertir esta mala idea.”