Ucrania: la invasión rusa obligó a las personas mayores con discapacidad a sufrir aislamiento y abandono – Amnistía Internacional Argentina | Defendemos los derechos humanos

Ucrania: la invasión rusa obligó a las personas mayores con discapacidad a sufrir aislamiento y abandono


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  • Muchos refugios temporales son inaccesibles para las personas con discapacidad física

  • El sistema de salud, desbordado, ofrece por lo general pocas alternativas a las instituciones para personas mayores

  • Las autoridades y los agentes humanitarios deben garantizar una respuesta inclusiva


Las personas mayores con discapacidad de Ucrania no pueden acceder ni física ni económicamente a una vivienda y una atención adecuadas, en medio de la invasión rusa, y en ocasiones apenas tienen alternativas a ser ingresadas en instituciones residenciales. Así lo ha manifestado Amnistía Internacional en un nuevo informe hecho público hoy, en vísperas del Día Internacional de las Personas con Discapacidad.


El informe, titulado “They Live in the Dark”: Older people’s isolation and inadequate access to housing amid Russia’s invasion of Ukraine, documenta cómo la invasión en gran escala lanzada por Rusia en febrero de 2022 ha sometido a una tensión sin precedentes al ya desbordado sistema de salud ucraniano. A consecuencia de ello, muchas personas mayores, entre ellas personas con discapacidad, se han visto separadas de sus familias, lo que ha provocado su segregación y aislamiento.


Los constantes ataques indiscriminados lanzados por Rusia, muchos de los cuales constituyen crímenes de guerra, han desplazado de sus hogares a millones de civiles de Ucrania. Este país tiene una de las proporciones de personas mayores más alta del mundo: casi 10 de sus aproximadamente 45 millones de habitantes (casi una cuarta parte) tenían más de 60 años antes de febrero de 2022.


“Incluso después de ser desplazadas a partes más seguras de Ucrania, las personas mayores, especialmente las que tienen discapacidad, siguen enfrentándose a enormes dificultades a la hora de rehacer una vida digna, luchando por acceder a una vivienda adecuada, a servicios de apoyo y a atención médica”, ha manifestado Laura Mills, investigadora de Amnistía Internacional sobre personas mayores y personas con discapacidad.


“La invasión rusa ha sometido a una tensión inmensa a un sistema de atención social ya en apuros. La respuesta humanitaria no satisface esta necesidad urgente de vivienda adecuada y servicios de apoyo, y a consecuencia de ello miles de personas mayores con discapacidad están siendo segregadas en instituciones, lejos de sus seres queridos y aisladas de sus comunidades.”


“Las instituciones no deben verse como la opción por defecto para las personas mayores desplazadas, incluidas las que tienen discapacidad. Hay cambios sencillos —como la construcción de rampas en los refugios temporales— que pueden hacerse para que las familias permanezcan juntas, y que mejorarían enormemente la calidad de vida de las personas que requieren apoyo a la movilidad.”


Amnistía Internacional entrevistó para este informe entre mayo y septiembre de 2023 a 159 personas, entre ellas 89 personas mayores, muchas de las cuales tenían discapacidad, y a 22 personas que trabajaban en los servicios sociales o de salud. El equipo de investigación también visitó 24 refugios temporales.


Amnistía Internacional reconoce que la manera más rápida de proteger los derechos de toda la población civil de Ucrania, incluidas las personas mayores, es que Rusia ponga fin a su guerra de agresión.


Vivienda inaccesible


Aunque la mayoría de las personas desplazadas en Ucrania viven en alojamientos alquilados, lo extremadamente bajo de las pensiones y los elevados alquileres convierten este tipo de viviendas en inaccesibles para muchas personas mayores.


A consecuencia de ello, muchas personas mayores viven en refugios temporales para personas desplazadas ubicados en escuelas, residencias y otros edificios públicos.


Sin embargo, casi todos los refugios que Amnistía Internacional visitó eran parcial o totalmente inaccesibles para las personas con discapacidad física. Muchos carecían de rampas para entrar en el edificio, ascensores, barras de sujeción para hacer accesibles los aseos, o espacio suficiente para que una silla de ruedas diera un giro completo.


La persona que dirigía un campo para jóvenes en Koviahy, región de Járkov, que ha sido convertido en refugio, comentó a Amnistía Internacional: “Vinieron hasta aquí personas en sillas de ruedas, pero ni siquiera pudimos acogerlas para que pasaran la noche; tuvimos que decirles que se marcharan. No tenemos rampa delante del edificio”.


Ucrania es Estado Parte en la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, lo que significa que su gobierno está obligado a garantizar que las personas con discapacidad tienen acceso a su entorno físico en condiciones de igualdad, incluso en situaciones de conflicto armado. Los socios internacionales deben apoyar a Ucrania, con financiación y materiales, para hacer que los refugios sean accesibles físicamente.


Al equipo de investigación de Amnistía Internacional le dijeron reiteradamente que la falta de refugios físicamente accesibles dejaba a su personal sin más opción que enviar a las personas mayores con discapacidad a instituciones.


Ausencia de un sistema adecuado de atención médica y social


Nina Melnychenko, de 85 años, describió las lesiones duraderas que sufrió después de una explosión cerca de su casa en la región de Nicolaiev: “La metralla voló hasta mi patio. Perdí la consciencia [...] Ya no veo por el ojo izquierdo [...] Antes caminaba con sólo un bastón, ahora necesito dos”.


Las personas mayores con discapacidad, incluido el número creciente de personas que la sufren a causa del conflicto, a menudo no pueden acceder a atención médica o servicios relacionados con su condición. Esta falta de atención y apoyo se ve agravada por el hecho de que muchos familiares más jóvenes que antes ayudaban a las personas mayores con sus necesidades de atención han huido al extranjero o a otras partes de Ucrania, o se han alistado en el ejército.


A consecuencia de ello, los servicios sociales que proporcionan atención domiciliaria están totalmente saturados y no pueden satisfacer las necesidades ni proporcionar apoyo a todas las personas mayores que lo necesitan.


La falta de asistentes sociales suficientes ha contribuido a la institucionalización de personas mayores con discapacidad, ya que sin apoyo especializado estas personas no pueden permanecer en sus hogares.


“Lo más duro es la falta de interacción social”


Las personas mayores con discapacidad que han sido ingresadas en instituciones a menudo se ven separadas de sus familiares, que viven en refugios para la población general. Separar a las personas con discapacidad en entornos institucionales —que pueden incluir ingresos en hospitales, donde también viven muchas personas mayores con discapacidad— es una forma de segregación, según el Comité de la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad.


La institucionalización puede dar lugar a numerosas violaciones de derechos humanos, tales como abusos físicos y abandono, y puede tener efectos perniciosos en el derecho a la salud. Tal como explicó una persona que trabajaba como asistente social, muchas personas mayores en Ucrania ahora “viven en la oscuridad”.


Halyna Dmitriieva, de 52 años, tiene parálisis cerebral, y mientras vivía en una institución pasó varios meses sin poder usar su silla de ruedas. Según contó: “La vida en cama es insoportable. Lo más duro es la falta de interacción social. Nunca fui una persona postrada, siempre había podido usar mi silla de ruedas”.


Las personas mayores con demencia u otras discapacidades cognitivas parecían estar en especial peligro de perderse en el sistema institucional tras perder el contacto con sus familiares durante el conflicto.


Una mujer de 83 años con demencia fue ingresada en una institución en Odesa tras ser desplazada, y perdió el contacto con su hijo. Según contó: “No sé cómo buscarlo. No hay manera de telefonearle [...] No tengo ningún otro lugar adonde ir”.


Muchas personas mayores expresaban sentimientos de aislamiento tras verse separadas de sus familiares más jóvenes, que habían huido al extranjero o se habían trasladado a otras partes del país.


“Los donantes extranjeros y las organizaciones humanitarias deben proporcionar apoyo económico y técnico para ayudar a aliviar la carga de trabajo de los y las asistentes sociales que valientemente ponen su vida en peligro, y para ayudar a aumentar su capacidad”, ha declarado Laura Mills.


“Los costes y la logística de una respuesta inclusiva que garantice que todas las personas mayores pueden vivir de forma independiente y digna en la comunidad no deben ser soportados por Ucrania sola.”


Información complementaria


Amnistía Internacional encargó un documental de 15 minutos a la directora independiente ucraniana Marina Chankova. Dreaming in the Shadows, que retrata a tres personas mayores de Ucrania que han sido desplazadas o siguen viviendo en zonas directamente afectadas por la guerra, puede verse aquí.


Amnistía Internacional viene documentando crímenes de guerra y otras violaciones graves del derecho internacional humanitario desde el comienzo de la invasión en gran escala de Ucrania por Rusia. Esa documentación incluye el informe de diciembre de 2022 titulado “I used to have a home”: Older people’s experience of war, displacement, and access to housing in Ukraine.


Si desean más información sobre el trabajo de Amnistía Internacional respecto a los derechos de las personas mayores, visiten https://www.amnesty.org/es/what-we-do/older-people/.



 


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