Ante los nuevos indicios de presuntos crímenes de guerra cometidos por fuerzas rusas tras los avances militares de las fuerzas ucranianas para recuperar el control de los territorios ocupados por Rusia, Marie Struthers, directora de Amnistía Internacional para Europa Oriental y Asia Central, ha declarado:
“Ahora que Ucrania está recuperando el control de territorios ocupados por las fuerzas rusas, debe dar prioridad a obtener pruebas de los presuntos crímenes de guerra cometidos por estas. Para recopilar estas pruebas se requiere gran cantidad de recursos, y por eso pedimos a la comunidad internacional aportaciones de recursos que ayuden a los esfuerzos de Ucrania. Todos los juicios en curso y que se celebren en el futuro sobre presuntos crímenes de guerra deben respetar las normas sobre juicios justos.”
“En lo que parece una respuesta a los logros militares de Ucrania, Rusia ha lanzado ataques que han causado importantes daños en infraestructuras civiles críticas, incluido el ataque a una central eléctrica que ha causado cortes de agua y electricidad y alterado actividades civiles. Recordamos a Rusia que atacar deliberadamente infraestructuras civiles puede ser constitutivo de crímenes de guerra. Estos ataques deben ser investigados con vistas a garantizar que todos los presuntos responsables penales comparecen ante la justicia.”
Información complementaria
Según informes, las fuerzas ucranianas han recuperado en los últimos días el control de más de 3.000 kilómetros cuadrados de territorio ocupado por Rusia, incluidas dos ciudades clave de la provincia (óblast) de Járkov: Izium y Kupiansk.
A medida que se retiran las fuerzas rusas del territorio están surgiendo indicios —en forma de testimonios, imágenes de vídeo y fotografías— de los presuntos crímenes de guerra cometidos por ellas y los grupos armados respaldados por Rusia.
El 10 de septiembre, organismos encargados de hacer cumplir la ley ucranianos informaron de que agentes de policía habían exhumado los cadáveres de dos hombres presuntamente torturados y asesinados por fuerzas rusas en el pueblo de Hrakove, provincia de Járkov, en marzo.
Los días 11 y 12 de septiembre, fuerzas armadas rusas atacaron infraestructuras energéticas críticas, causando graves interrupciones del suministro de electricidad y agua y de los servicios de tren.