Se trata de proteger y asegurar la continuidad del único mecanismo regional que supervisa las obligaciones en materia de derechos humanos de los miembros de la OEA y que constituye el último recurso de defensa con que cuentan los individuos en el continente frente a violaciones a los derechos fundamentales.
La CIDH es un referente internacional por su gran labor de protección a miles de defensoras y defensores de derechos humanos que viven amenazados y criminalizados en las Américas. Este órgano vela por los derechos de los pueblos indígenas y afrodescendientes, de las mujeres y niñas, personas con discapacidad y de las personas LGTBI, entre otros colectivos, en su lucha por erradicar la discriminación.
El rol de la CIDH, no sólo en el ámbito de protección de los derechos humanos, sino también en el de acción para promover su cumplimiento, alcanza a casi mil millones de habitantes a lo largo y ancho de la región.
El objetivo final de los firmantes es la creación de una estructura que convierta en una práctica sostenible la financiación de este órgano y también el de la Corte Interamericana de Derechos Humanos.
Para acceder al texto de la carta haga click aquí