Desde 2016, Amnistía Internacional en colaboración con Planned Parenthood Global, el Grupo de Información en Reproducción Elegida (GIRE) y Consorcio Latinoamericano contra el aborto inseguro (CLACAI), ha trabajado en visibilizar las graves consecuencias que los embarazos infantiles y la violencia sexual dejan en la vida de las niñas en el marco de la campaña regional Niñas, no madres.
Amnistía Internacional Uruguay definió esta problemática como prioritaria, entendiendo que, a pesar de que la agenda de derechos sexuales y reproductivos ha tenido grandes avances en el país, estos embarazos significan una vulneración grave de los derechos humanos. Un embarazo en una niña implica una combinación de vulneraciones a sus derechos humanos, exponiéndola a situaciones de alto riesgo con consecuencias severas para su vida y su bienestar, con efectos inmediatos, pero también duraderos.
El próximo 17 de septiembre, a las 11 hs UY por el Facebook de AI Uruguay se lanzará
Niñas, no madres: unir las piezas de la violencia sexual, un informe que presenta el estado de situación del embarazo infantil en Uruguay.
Este documento se presenta en el marco de la campaña Niñas, no madres y en un contexto regional donde la crisis sanitaria y social producto de la COVID-19, ha evidenciado fuertemente la multiplicidad de desigualdades que atraviesan a nuestros países y que golpean con dureza a aquellos grupos más vulnerables, viéndose particularmente afectadas las mujeres, niñas, niños y adolescentes por los diversos tipos de violencia vinculadas al hogar.
El informe, a su vez, brinda un panorama general sobre el embarazo en niñas y adolescentes menores de 15 años, considerando el marco regulatorio, las líneas de política pública y los datos que dan cuenta de la situación actual. También, aborda diferentes aristas de este fenómeno como son: la violencia sexual y de género, los riesgos para la salud y la relevancia de la educación sexual integral como herramienta de prevención. Finalmente, se presentan las recomendaciones que Amnistía Internacional realiza a los Estados para la prevención, atención y reparación de situaciones de embarazo en niñas y adolescentes menores de 15 años.
A pesar de que en Uruguay los nacimientos por embarazo infantil representan menos de un 1% del total, evidencian situaciones de extrema vulnerabilidad. Según datos del Ministerio de Salud de ese país, en los últimos 5 años, 431 nacimientos han sido producto del embarazo de una niña de 14 años o menos. Estos casos son reflejo de contextos familiares y comunitarios donde los derechos humanos de niños, niñas y adolescentes están siendo extremadamente vulnerados.
Los embarazos en niñas y adolescentes menores de 15 años son, en una amplia mayoría, no intencionales. Una gran proporción es producto de relaciones no consensuadas, consecuencia de una situación de abuso sexual o violación. A pesar de la amplia evidencia sobre el tema, el embarazo infantil es una problemática invisibilizada, histórica y mundialmente.
La captación tardía del embarazo infantil, la falta de una adecuada educación sexual integral, de información sobre métodos anticonceptivos y de protección, la invisibilización del problema por parte del contexto social y las situaciones de abuso sexual que puede esconder en algunos casos, son factores a tener en cuenta.
El vínculo entre embarazo infantil y maltrato y abuso sexual a niños, niñas y adolescentes es estrecho. Según datos del 2020 del Sistema de Protección Integral a la Infancia y Adolescencia contra la Violencia, 3 de cada 4 personas que sufren situaciones de abuso sexual en Uruguay son niñas y adolescentes mujeres. Según un informe de 2021 de la Institución Nacional de Derechos Humanos, el 61% de los niños, niñas y adolescentes que se encontraban en centros de salud mental habían requerido una medida de protección ante una experiencia de violencia o abuso en el contexto familiar.
La noción de autonomía progresiva y la capacidad de tomar decisiones y consentir una relación sexual son elementos claves para la definición y abordaje de los casos de abuso y explotación sexual. Además, Los Estados deben realizar un abordaje integral del embarazo infantil y centrarse en su prevención a través de fortalecer y expandir la educación sexual integral. Solo uniendo las piezas del puzle se podrá mejorar su detección temprana, prevención, atención y reparación, siempre guiado por el interés superior de la niña que se encuentra en esta situación.
Son niñas, no madres.