Buenas tardes a todas y todos. Me emociona inmensamente inaugurar las distinciones Voces que transforman para reconocer, en esta primera edición, el rol invaluable que las periodistas, comunicadoras, mujeres de la cultura, actrices, e influenciadoras tienen en la promoción y protección de los derechos de las mujeres y las disidencias de género.
La legalización del aborto en nuestro país fue, en gran parte, el resultado de una batalla cultural. Logramos romper el tabú que pesaba sobre el tema y colocarlo en el centro del debate público como una cuestión de salud pública y derechos humanos. Para lograr esto, fue determinante el involucramiento de numerosos actores y actrices: al reclamo histórico del movimiento de mujeres y personas con capacidad de gestar, se sumaron las organizaciones de derechos humanos, sociales y sindicales, personalidades relevantes de la cultura, la academia, las y los jóvenes. Las actrices e influencers pusieron su cara, su voz y su cuerpo para apoyar esta causa. Las periodistas y comunicadoras escribieron, firmaron, cubrieron historias de otras y compartieron las suyas propias. El compromiso y la participación de todas ellas, fue clave para lograr el posicionamiento de la lucha por el aborto legal en la agenda pública.
Las voces que transforman son y han sido muchas. Hoy, acá, hay apenas un grupo representativo de todas ellas que han sido y son cruciales para transformar la realidad de las mujeres y diversidades en nuestro país. Sin duda, este involucramiento marcó un punto de inflexión en la reivindicación de los derechos de estos grupos. Y lo seguirá haciendo, con las muchas batallas que hay que dar.
Menciono, para reivindicar y subrayar, algunos de estos hitos:
- Inauguraron el #NiUnaMenos, que abrió el camino a una agenda más amplia de reivindicaciones en clave de derechos de las mujeres y las disidencias de género. Esto contribuyó a generar un clima social propicio para la histórica movilización del movimiento de mujeres durante el debate por la legalización del aborto, que se conoce como la Marea Verde.
- Dieron voz a miles de mujeres que pusieron en riesgo su salud y sus vidas como consecuencia de abortos en la clandestinidad.
- Juegan un papel clave en el debate público al informar y generar conciencia sobre la discriminación y la violencia basada en género. En este sentido, logran generar cambios positivos en la sociedad al fomentar el desarrollo de narrativas que valoran la diversidad y combaten la discriminación arbitraria, contrarrestando los discursos que incitan al odio.
- Contribuyeron y contribuyen diariamente a cambiar la opinión pública y generar presión en los gobiernos para que introduzcan modificaciones en la legislación y en las políticas públicas para el ejercicio de los derechos sexuales y reproductivos y no reproductivos.
- Realizan coberturas que contribuyen a la construcción de una agenda mediática que se hace eco de las demandas sociales, visibiliza las diversas manifestaciones de la violencia basada en género y contribuye a desnaturalizarla y combatirla.
Nos encontramos hoy, ante una escalada de discursos anti-género que buscan deslegitimar las conquistas feministas y a sus voceras, generando un profundo deterioro del debate público y de nuestra calidad democrática. No se trata de un fenómeno reciente, pero sí vemos una intensificación y una sofisticación de los movimientos anti-derechos que reaccionan de manera crítica y violenta ante la ampliación de derechos de las mujeres y diversidades.
La violencia contra mujeres periodistas y trabajadoras de los medios de comunicación, influencers, mujeres de la cultura y actrices que alzan su voz se ha recrudecido. Ellas son, cada vez más, blanco de ataques coordinados, descalificaciones y escraches. Ello se ve agravado por la falta de espacios de contención o de denuncia efectiva, la precarización laboral y la discriminación de género, en un contexto en el que en diversas plataformas parece haberse corrido la frontera de lo decible.
Desde Amnistía Internacional, hace tiempo venimos analizando las consecuencias de los discursos que incitan a la discriminación y a la violencia por motivos de género e impulsamos el debate sobre el rol de las redes sociales y las plataformas, entendiendo justamente que desde que Internet pasó a intermediar casi la totalidad de nuestros canales de comunicación, el mundo digital funciona como una extensión de la vida privada, en la que se reproducen muchos de los patrones sociales de comportamiento que vivimos en el mundo offline. Ello, incluyendo la violencia de género.
Pero no solo la virtualidad ha transformado profundamente las dimensiones de la violencia, ya que el mundo digital abre un nuevo espacio para contenidos y comportamientos violentos nunca antes vistos, que en definitiva, limitan la participación en la esfera pública.
La violencia y el abuso que viven periodistas y trabajadoras de los medios de comunicación, influencers, mujeres de la cultura y actrices en las redes sociales muchas veces hace que se autocensuren en sus publicaciones, limiten sus interacciones y, en algunos casos, abandonen la red por completo, pese a ser un espacio crucial para la difusión de su trabajo, las corre del debate público por no garantizar un espacio seguro en el que puedan expresarse sin temor a represalias.
Como organización defensora de derechos humanos, consideramos necesario comenzar a generar conversaciones para concientizar sobre la necesidad de que las plataformas y los grandes medios, respalden a las comunicadoras cuando son difamadas o violentadas, se involucren en su defensa, se haga un correcto uso del derecho a réplica, se generen protocolos para atender la violencia de género en los lugares de trabajo, entre otras iniciativas.
Los medios masivos de comunicación y las plataformas sociales, en tanto actores claves en la difusión de información que permite transformaciones sociales positivas en materia de igualdad de género y no discriminación, tienen la responsabilidad de identificar, prevenir, combatir y rendir cuentas de los abusos contra de los derechos de las mujeres y diversidades.
Desde Amnistía Internacional, hemos realizado este evento para distinguirlas por todo el trabajo que han hecho, y, a través de ustedes, a ese colectivo enorme que lucha diariamente por visibilizar y ponderar la defensa de los derechos de las mujeres y diversidades. Cada una de ustedes es crucial para nuestras luchas. Por eso, las apoyamos y las respaldamos porque la democracia siempre se fortalece cuando se garantiza la pluralidad de voces.
No se cuán conscientes son del valor de su trabajo. Nosotras lo somos. Por eso hoy las homenajeamos, porque reconocemos su inmensa contribución, pero necesitamos que sepan que no están solas, que estaremos cuando nos necesiten, que las seguiremos acompañando cuando sus derechos se ven avasallados y que llevaremos sus casos, incluso, a instancias internacionales porque es nuestro trabajo seguir promoviendo la construcción de estándares internacionales de derechos humanos que garanticen la libertad de expresión en condiciones de igualdad y sin discriminación.
Muchas gracias.