Desde hoy y hasta el final del torneo, se estrenará un capítulo de Qatar en Falta cada semana. La lupa está puesta en el rol de la FIFA y la elección de Qatar como sede mundialista; en las muertes de los y las trabajadoras migrantes de países como Bangladesh, India o Sri Lanka; en el sometimiento de las mujeres a la voluntad masculina para poder acceder a derechos fundamentales; y en la legislación homo odiante que prohíbe las relaciones consentidas entre personas del mismo sexo.
La voz narradora de cada capítulo es de la directora ejecutiva de Amnistía Internacional, Mariela Belski, y los episodios incluyen testimonios de periodistas y especialistas en los temas abordados, como Fernando Duclós (Periodistán) o Yukiko Arai, directora de la Organización Internacional del Trabajo para Argentina. Qatar en Falta es una coproducción de Amnistía Internacional y Gromova Producciones.
“Tenemos un largo historial de actividades de campaña en relación con importantes eventos deportivos. Más allá de Qatar, este Mundial nos impulsó a adoptar una visión crítica con respecto a los compromisos de la propia FIFA en materia social y a cuestionar su seriedad en lo relativo a convertir el fútbol en una fuerza impulsora para promover los derechos humanos”, señaló Mariela Belski, directora ejecutiva de Amnistía Internacional Argentina.
Los capítulos pueden escucharse en Spotify y en otras plataformas y estarán además alojados en la web homónima que la organización lanzó hace una semana. El sitio reúne todo el trabajo de Amnistía Internacional, que investiga desde 2010 las violaciones a los derechos humanos en el país árabe, cuando fue elegido como sede de la Copa del Mundo 2022.
Tanto el podcast como la web dan cuenta de cómo la FIFA y el país anfitrión no hicieron lo suficiente por cambiar el cruel sistema de patrocinio con el que se contrata a trabajadores migrantes. Tampoco mostraron voluntad para revisar las leyes que discriminan a las mujeres y criminalizan a lesbianas, gays, bisexuales, travesti-trans e intersexuales.
Amnistía Internacional, además, hace recomendaciones a la FIFA y a Qatar a fin de que, por un lado, la Federación adopte políticas firmes y robustas que exijan el cumplimiento pleno de los derechos humanos a los países organizadores; y, por otro, que el Estado modifique las leyes locales que violan los derechos humanos.
