Túnez: pongan fin al enjuiciamiento de Emna Chargui e investiguen alarmantes amenazas de muerte y violación

 

“Las autoridades tunecinas deben poner fin al enjuiciamiento de Emna Chargui por compartir en su página de Facebook una publicación satírica considerada por algunas personas ofensiva para el islam y retirar todos los cargos contra ella”, ha declarado Amnistía Internacional con motivo de su juicio, cuya celebración está prevista para el 28 de mayo.

Desde su publicación en Facebook, Emma ha recibido mensajes de personas que la amenazan con matarla o violarla, pese a lo cual las autoridades no han hecho nada para protegerla ni para investigar estas amenazas.

“El enjuiciamiento de Emma es otro ejemplo más de cómo, pese al progreso democrático de Túnez, las autoridades siguen usando una legislación represiva que menoscaba la libertad de expresión”, dijo Amna Guellali, directora adjunta de Amnistía Internacional para el Norte de África.

“Es inaceptable que una persona pueda ser condenada hasta a tres años de prisión sólo por compartir una publicación satírica en Facebook. Un juicio de este tipo transmite del mensaje de que cualquiera que se atreva a expresar una opinión polémica en las redes sociales corre el riesgo de ser castigado.

“Pedimos a las autoridades que pongan fin de inmediato a su enjuiciamiento, investiguen las preocupantes amenazas de muerte y violación que está recibiendo, y garanticen su protección”.

Información complementaria

El 2 de mayo, Emna Chargui, de 27 años, compartió en Facebook una foto que contenía un texto satírico sobre la pandemia de COVID-19 que imitaba el formato de un versículo del Corán. La publicación, que decía que el virus procedía de China y animaba a la gente a que se lavara las manos, provocó en las redes sociales una enérgica reacción de personas que la consideraron ofensiva y pidieron que se castigara a la autora.

El 4 de mayo, Emma fue citada por la policía judicial, que la interrogó al día siguiente en presencia de su abogado. El 6 de mayo, compareció ante un tribunal, antes del enjuiciamiento, que no permitió que la acompañara su abogado. Sin una introducción y sin saber quién era el fiscal, un grupo de siete personas la interrogó durante media hora incluso con preguntas sobre su fe. Uno de los miembros del grupo le llegó a preguntar si había consultado con un psicoterapeuta, insinuando que podría tener un trastorno mental.

El 6 de mayo, el fiscal del Juzgado de Primera Instancia de Túnez la acusó de “incitar al odio entre religiones a través de medios de violencia hostiles” y de “ofender a religiones autorizadas”, en aplicación de los artículos 52 y 53 del Código de Prensa de Túnez. Estos cargos están penados con hasta tres años de prisión y una multa de hasta 2.000 dinares tunecinos (entre aproximadamente 345 y 1.035 dólares estadounidenses).

Desde 2011, las autoridades tunecinas también han enjuiciado a otras personas por textos considerados ofensivos para el islam. Por ejemplo, los blogueros Jabeur Mejri y Ghazi Beji fueron procesados y condenados el 28 de marzo de 2012 a siete años de prisión por publicaciones satíricas en las que se burlaban del profeta Mahoma. La sentencia se confirmó en apelación. El 6 de noviembre de 2019, un fiscal de la unidad antiterrorista del Juzgado de Primera Instancia de Túnez acusó a Mounir Baatour, abogado y activista LGBT, de varios delitos en aplicación, entre otros, del artículo 52 del Código de Prensa, por una publicación que había compartido en su página de Facebook considerada ofensiva para el islam. Baatour huyó a Francia tras recibir amenazas de muerte.

“El derecho a la libertad de expresión abarca expresiones que algunas personas podrían considerar escandalosas u ofensivas. El gobierno tunecino debe reformar sus leyes para que respeten los derechos humanos y dejar de enjuiciar a personas por sus expresiones pacíficas”, concluyó Amna Guellali.