Facundo Astudillo Castro, un joven de 22 años oriundo de la ciudad de Pedro Luro, Provincia de Buenos Aires,
fue visto por última vez el 30 de abril pasado cuando la policía lo detuvo por violar la cuarentena impuesta por el gobierno nacional a causa de la pandemia de COVID-19.
Tras la desaparición de Facundo se presentó una denuncia de “averiguación de paradero” en la Ayudantía Fiscal de Villarino. Después de dos meses de investigación infructuosa,
de algunas irregularidades y declaraciones contradictorias de la policía, el 2 de julio, la familia junto con sus abogados, presentó una denuncia ante la justicia federal por
desaparición forzada. Durante la investigación familiares y abogados manifestaron críticas y dudas sobre el avance de la causa.
El 15 de agosto, después de más de cuatro meses de desaparecido y de que se tomaran varias medidas para encontrar a Facundo,
unos pescadores encontraron un cadáver no identificado en la zona de Cabeza de Buey.
El 2 de septiembre, el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) identificó el cadáver como el de Facundo Astudillo Castro.
Por el hecho, hay
cuatro agentes de la policía de la Provincia de Buenos Aires bajo sospecha a partir de una serie de contradicciones en sus declaraciones. Al parecer, uno de los agentes afirmó que Facundo se había ido en un camión tras haber estado detenido por los agentes, aunque
después cambió su relato y dijo que el joven se había marchado a pie. Sin embargo, las declaraciones de testigos sostenían que el joven había sido introducido en un vehículo policial.
Su madre junto a toda su familia sigue exigiendo conocer que pasó con Facundo y quienes son los responsables.
Las autoridades a cargo del caso deben garantizar una investigación exhaustiva e independiente que esclarezca los hechos, determine las responsabilidades del caso y permita que la familia de Facundo obtenga justicia, así como conocer la verdad de lo ocurrido.