“Una vez que entras en prisión, sientes que tu humanidad ya no sigue intacta”, afirma Rung.
Panusaya “Rung” Sithijirawattanakul dice que es “modesta y callada” cuando le piden que se describa a sí misma. La estudiante y violinista aficionada antes era tímida, pero
hoy es una voz destacada del movimiento juvenil de Tailandia en favor de la democracia.
Rung, que significa "arcoíris" en tailandés, empezó a ser políticamente activa mientras cursaba estudios universitarios de sociología y antropología en la capital, Bangkok. Se atrevió a participar en protestas por el cambio político y social a lo largo de 2020. En agosto ya era líder de las manifestaciones.
Observada por miles, Rung hizo llamamientos en favor de la igualdad, la libertad de expresión y la reforma de la monarquía, una cuestión muy delicada en Tailandia. Esta acción sin precedentes la catapultó a la escena nacional y las autoridades la tacharon de alborotadora.
Rung continuó liderando protestas en favor de la reforma constitucional y social. Acusada de provocar disturbios, fue detenida en marzo en aplicación de la ley de lesa majestad, que prohíbe las críticas a la monarquía.
Estuvo 60 días encarcelada, durante los cuales se le diagnosticó COVID-19. Las autoridades le denegaron la libertad bajo fianza en seis ocasiones. Ella las desafió declarándose en huelga de hambre, que sostuvo durante 38 días, y fue liberada el 30 de abril de 2021.
Rung se enfrenta a decenas de cargos y, si es declarada culpable, a cadena perpetua.