De Tafadzwa Munjoma
Los gobiernos de todo el África Austral deben intensificar sus esfuerzos para proteger la vida de las personas con albinismo y sensibilizar a la opinión pública para combatir la discriminación.
El 24 de marzo, unos transeúntes encontraron el cadáver desmembrado de Emmanuel Phiri en un campo de maíz situado a varios kilómetros de su domicilio en la Provincia Oriental de Zambia. Al hombre, de 43 años, le habían amputado los ojos, la lengua y los brazos en lo que parecía otro terrible asesinato ritual de una persona con albinismo.
Emmanuel tenía tres hijos y era un conocido carpintero de la comunidad de Navutika. Ese día había salido antes de casa para dirigirse a un nuevo trabajo. Contó a su esposa y a su madre que estaría dos semanas fuera. Al ver que después de este tiempo no volvía, la familia se alarmó y comunicó su desaparición. Más tarde, su sobrina fue citada en la comisaría de policía, donde pudo identificar el cuerpo de su tío por la ropa.
En todo África continúan los asesinatos y mutilaciones de personas con albinismo. La falsa creencia de que algunas partes de su cuerpo atraen riqueza y buena suerte impulsa estos ataques.
Estas personas corren especial peligro en todos los países de la Comunidad para el Desarrollo del África Austral (SADC), donde al menos 150 fueron asesinadas desde 2014. El Foro Parlamentario de la SADC reaccionó ante este grave problema de derechos humanos adoptando una moción de condena de la discriminación y los ataques, secuestros y homicidios de personas con albinismo el 24 de julio de 2019.
Sin embargo, un año más tarde, el caso de Emmanuel demuestra que las personas con albinismo continúan perseguidas por bandas criminales que aspiran a obtener partes de su cuerpo, y que es necesario tomar más medidas para garantizar su protección.
La impunidad de los delitos cometidos contra personas con albinismo persiste debido a la ineficacia de las investigaciones, incluida la deficiente gestión de los casos y las pruebas.
Desde 2018, Amnistía Internacional viene pidiendo a los dirigentes de la SADC que adopten una estrategia de protección física y social capaz de crear un entorno seguro para las personas con albinismo y que garantice que pueden ejercer su derecho a la vida, a la libertad de circulación y a la seguridad personal, así como su derecho a la salud y a la educación.
Para ello se necesitan investigaciones efectivas que lleven a los responsables ante la justicia, además de campañas de educación pública para abordar las falsas creencias y las normas sociales que fomentan la discriminación y la violencia contra este grupo vulnerable.
Emmanuel fue asesinado dos días antes de que entrara en vigor el confinamiento para prevenir la propagación de la Covid-19 en Zambia. Sin duda, la pandemia agravó los peligros a los que se enfrentan las personas con albinismo.
No sólo se les atribuye la culpa de la crisis en algunos países, como Kenia, sino que además tienen que soportar el confinamiento en estrecha proximidad con quienes pretenden hacerles daño.
Según un estudio realizado por Amnistía Internacional en 2016, los autores de estos ataques suelen ser miembros de la familia de la víctima, personas cercanas a ella o bandas delictivas.
Muchas personas con albinismo temen ser atacadas como Emmanuel, y que los ataques pasen inadvertidos a los organismos oficiales debido a su menor capacidad de reacción durante el confinamiento.
La pandemia, además, impone a las personas con albinismo mayores dificultades para desplazarse en busca de la protección solar que necesitan para no desarrollar cáncer de piel. Las clínicas móviles se suspendieron en muchas zonas, lo que dificulta aún más concertar citas para controles médicos.
Las largas colas para comprar alimentos y acceder al transporte público implican mayor exposición al sol, mortalmente peligroso para las personas con albinismo.
Los gobiernos de la región deben desarrollar la moción aprobada por el Foro Parlamentario de la SADC para abordar genuinamente el círculo vicioso de violaciones de derechos humanos que sufren las personas con albinismo. Deben procurar a las personas con albinismo mayor acceso a asistencia médica y protectores solares, proteger sus medios de vida y garantizar el acceso efectivo de las víctimas y sus familias a la justicia, mejorando el trabajo policial de la comunidad, las investigaciones y el procesamiento de los crímenes. De lo contrario, habrá más víctimas como Emmanuel.
Los gobiernos de toda la región deben garantizar respuestas de salud pública ante la pandemia de Covid-19 que sean inclusivas y tengan en cuenta la difícil situación de las personas con albinismo.
Además, deben intensificar sus esfuerzos para proteger la vida de las personas con albinismo y sensibilizar a la opinión pública para combatir la discriminación.
Las personas con albinismo fueron tradicionalmente marginadas por la sociedad, y debido a la pandemia su situación de abandono ha empeorado. Los gobiernos deben garantizar una respuesta inclusiva, para que las personas con albinismo puedan ejercer plenamente sus derechos humanos.
DM/MC
Tafadzwa Munjoma es asesor de derechos humanos de Amnistía Internacional Sudáfrica.