Las autoridades libanesas no deben deportar a seis refugiados sirios que fueron detenidos la semana pasada tras retirar sus pasaportes en la embajada de Siria, ha afirmado hoy Amnistía Internacional, que insta a las autoridades a poner en libertad a los refugiados o acusarlos de un delito reconocible.
El ejército libanés confirmó en una declaración del 28 de agosto que su dirección de inteligencia había detenido en los cuatro días precedentes a los seis hombres en el exterior de la embajada por entrar en el país de forma irregular, y que los había entregado a la Dirección General de Seguridad. Las familias desconocen su paradero. Amnistía Internacional cree que corren un peligro inminente de ser deportados a Siria.
“La Dirección General de Seguridad de Líbano debe garantizar que no se devuelve a estos hombres a Siria. Hacerlo podría poner en peligro sus vidas. La detención arbitraria, la desaparición forzada y la tortura siguen siendo habituales en Siria, y las hostilidades armadas se han intensificado considerablemente en algunas zonas del país en los últimos meses. Ninguna parte de Siria es segura para retornar, y estos hombres deben ser protegidos”, ha afirmado Lynn Maalouf, directora adjunta para Oriente Medio y el Norte de África de Amnistía Internacional.
“En virtud del derecho internacional, la prohibición de la devolución (refoulement) supone que nadie debe ser devuelto a un país donde corra un peligro real de sufrir violaciones graves de derechos humanos. La deportación de estos hombres sería una violación grave de las obligaciones internacionales de Líbano, entre ellas las contraídas en virtud de la Convención de la ONU contra la Tortura. Por el contrario, las autoridades libanesas deben poner en libertad a estos hombres o acusarlos de un delito reconocible.”
Líbano comenzó a deportar a personas refugiadas sirias tras una decisión del Consejo Superior de Defensa de 13 de mayo de 2019.
Amnistía Internacional ha hablado con el hermano de uno de estos hombres, que afirmó que su hermano recibió una llamada de la embajada el 26 de agosto, diciéndole que acudiera a retirar el pasaporte que había solicitado el 19 de agosto.
Este hombre cree que su hermano fue detenido después de retirar el pasaporte en la embajada, porque le envió un mensaje informándole de que ya tenía el pasaporte. Había entrado en Líbano el 18 de agosto con otros tres sirios.“Mi hermano me envió un mensaje de texto cuando llegó a la embajada de Siria y otro cuando le entregaron el pasaporte.
“Mi hermano me envió un mensaje de texto cuando llegó a la embajada de Siria y otro cuando le entregaron el pasaporte. Después no volví a saber de él. Mis mensajes no le llegan. No tengo ni idea de dónde está. Pero doy por sentado que estaba en la embajada cuando se puso en contacto conmigo y me dijo que había retirado el pasaporte”, dijo.
En virtud del derecho internacional, la prohibición de la devolución (refoulement) supone que nadie debe ser devuelto a un país donde corra un peligro real de sufrir violaciones graves de derechos humanos.
Lynn Maalouf, directora adjunta de Amnistía Internacional para Oriente Medio y el Norte de África
Se cree que cinco de los seis hombres son de la gobernación de Deraa, en el sur de Siria, donde los enfrentamientos violentos entre fuerzas gubernamentales sirias y grupos se han intensificado en los últimos meses. Cientos de personas han muerto o han resultado heridas y decenas de miles de civiles han huido de la zona. Las fuerzas gubernamentales también someten a un letal asedio a Deraa al Balad.
Teniendo en cuenta la reciente intensificación de las hostilidades en Deraa al Balad, Amnistía Internacional pide a las autoridades de Líbano y Jordania que permitan la entrada legal y el refugio seguro de las personas que huyen de Siria.
“La difícil situación de estos hombres debe servir para recordar los crecientes peligros a los que se enfrentan las personas refugiadas sirias en los países receptores vecinos y el número lamentablemente insuficiente de plazas de reasentamiento internacional disponibles para las personas refugiadas que huyen de conflictos y crisis en sus países de origen. Instamos a los Estados de todo el mundo, incluidos los Estados miembros de la Unión Europea, a asumir la parte de responsabilidad que les corresponde en la protección de las personas refugiadas aumentando el número de plazas de reasentamiento que ofrecen”, ha afirmado Lynn Maalouf.