Es hora de intensificar las exigencias al gobierno chino para que libere a los defensores y defensoras de los derechos humanos detenidos tras asistir a una reunión social hace cinco años; así lo ha así lo ha manifestado Amnistía Internacional.
En diciembre de 2019, un grupo de activistas de derechos humanos se reunieron en la ciudad suroriental de Xiamen para cenar mientras debatían asuntos sociales. Las autoridades chinas sometieron al abogado de derechos humanos Ding Jiaxi y al jurista Xu Zhiyong a desaparición forzada durante varias semanas, desde el 26 de ese mes hasta su reaparición bajo custodia gubernamental.
Amnistía Internacional considera que ambos hombres son presos de conciencia y ha defendido sistemáticamente su libertad inmediata e incondicional.
“La represión de Xiamen ilustra el ataque sin cuartel de las autoridades chinas a la sociedad civil y la crueldad con que tratan a quienes defienden pacíficamente los derechos humanos”, ha manifestado Sarah Brooks, directora de Amnistía Internacional China.
También se actuó contra al menos cinco activistas más, que fueron detenidos por su vinculación a la reunión. Según informes, en los meses que siguieron, los siete activistas fueron sometidos a “vigilancia domiciliaria en un lugar designado”, forma de detención secreta en régimen de incomunicación que pone a la persona detenida en mayor peligro de sufrir tortura y otros malos tratos.
“En los últimos cinco años, Xu Zhiyong y Ding Jiaxi —junto con varios de sus compañeros— han soportado detención arbitraria, tortura y juicio injusto, sólo por haber asistido a una reunión privada en la que se debatía la situación de la sociedad civil y los problemas actuales de China.”
Tras juicios a puerta cerrada, celebrados el 10 de abril de 2023, Xu Zhiyong y Ding Jiaxi fueron condenados a 14 y 12 años de prisión respectivamente por “subvertir el poder del Estado”. En octubre de 2024, Xu Zhiyong se declaró en huelga de hambre para protestar por el trato que recibía en prisión, incluido el acoso de sus compañeros de celda, al parecer instigados por funcionarios de la prisión.
“El encarcelamiento prolongado de Xu Zhiyong y Ding Jiaxi es indignante, y la comunidad internacional debe intensificar la presión ejercida sobre el gobierno chino para que repare esta injusticia y garantice su liberación”, ha dicho Sarah Brooks.
Las autoridades chinas deben poner en libertad de inmediato a Ding y Xu y dejar de castigar a quienes participaron en la reunión de Xiamen.
Tanto Ding como Xu han sido objeto de recomendaciones a las autoridades chinas por múltiples gobiernos y por altos cargos de la ONU, entre ellos el alto comisionado para los Derechos Humanos, Volker Türk. Aun así, no se han materializado medidas concretas para exigir acceso a estas personas ni para endurecer las consecuencias para las autoridades chinas por la represión ejercida contra defensores y defensoras de los derechos humanos.
Con las duras sentencias impuestas a Xu y Ding se pretende transmitir un mensaje: que la lucha en defensa de los propios derechos es inaceptable para el gobierno chino. Sin embargo, ellos persistieron, y ahora sus familiares defienden su liberación con la misma convicción.”
Sophie Luo, esposa de Ding Jiaxi, contó lo siguiente a Amnistía Internacional con antelación al quinto aniversario de la reunión de Xiamen: “Sé que asistir a una reunión privada no infringe ninguna ley, y estos ciudadanos no deberían pasar un solo día en la cárcel. Por tanto, lucharé sin descanso para que se desestime esta causa.”
Un grupo de apoyo activo en Internet, coordinado por activistas dentro y fuera de China, está recopilando mensajes y oraciones para compartir con Xu, a pesar de la censura y el riesgo de represalias del gobierno.
"El sombrío panorama de su prolongado encarcelamiento debería impulsar la condena internacional de China por su represión de la sociedad civil”, ha dicho Sarah Brooks.
Xu Zhiyong y Ding Jiaxi eran miembros destacados del Movimiento Nuevos Ciudadanos, red informal de activistas fundada por Xu en 2012 para promover la transparencia gubernamental y exponer la corrupción. Ambos habían estado antes en prisión debido a su labor de defensa: Ding cumplió tres años y medio y fue liberado en octubre de 2016, mientras que Xu cumplió una condena algo más larga y fue liberado en 2017.
Xu y Ding recurrieron sus fallos condenatorios de 2023 pero, en noviembre de ese año, el Tribunal Superior Provincial de Shandong confirmó las sentencias y condenas en su contra. Ambos han interpuesto un segundo recurso de apelación.
En prisión, Ding y Xu han sido privados de derechos fundamentales —como el acceso a materiales de lectura y escritura—, están sujetos a graves restricciones de su derecho a comunicarse con familiares y amistades, y han denunciado trabas para recibir asistencia médica. Posiblemente en respuesta a su huelga de hambre, las autoridades chinas permitieron que Xu se reuniera con su abogado el 26 de noviembre de 2024. Al parecer, Xu ha suspendido su huelga de hambre desde entonces.
Defensores y defensoras de los derechos humanos continúan sufriendo intimidación, hostigamiento, detención arbitraria y tortura y otros malos tratos en China por defender los derechos humanos y ejercer su libertad de expresión y de asociación. Tales represalias a menudo también se extienden a familiares y colegas.
Como en tantos casos de activistas chinos, los familiares y amigos de Xu y Ding que alzan la voz son objeto de amenazas y hostigamiento. Durante años, a Xu no sólo le impidieron ver a su familia sino que también lo privaron de asistencia letrada de su elección; tres abogados designados por su familia renunciaron a representar a Xu, según informes debido a las amenazas y actos de intimidación de las autoridades chinas.
Otros activistas de derechos humanos contra quienes se ha actuado en relación con la reunión de Xiamen son:
- Chang Weiping, condenado a tres años y medio de prisión, quedó en libertad en julio de 2024 tras cumplir su condena pero continúa sujeto a una prohibición de viajar;
- Li Qiaochu, condenada a tres años y ocho meses de cárcel, fue liberada en agosto de 2024 tras cumplir su condena pero continúa sujeta a una prohibición de viajar más dos años de privación de sus derechos políticos;
- Zhang Zhongshun, condenado a cuatro años y medio de prisión en noviembre de 2024;
- Dai Zhenya y Li Yingjun, en libertad bajo fianza tras pasar un tiempo en “vigilancia domiciliaria en un lugar designado”, están igualmente sujetos a una prohibición de viajar.
Amnistía Internacional considera que preso o presa de consciencia es toda persona encarcelada únicamente debido a sus convicciones políticas, religiosas u otras convicciones profundas, su origen étnico, sexo, color, lengua, origen nacional o social, condición socioeconómica, nacimiento, orientación sexual, identidad o expresión de género u otra condición, y que no ha usado ni propugnado la violencia o el odio en las circunstancias que condujeron a su detención.