En marzo de 2019 estuvo bajo arresto domiciliario cuatro meses acusada de producción y difusión de materiales pornográficos” por unos dibujos de genitales femeninos que publicó en redes sociales. El proceso penal aún está en marcha y  podría ser condenada a seis años de prisión. Y por administrar dos cuentas online sobre temática LGBTI le impusieron una multa de 50.000 rublos (780 dólares) acusada de hacer propaganda de relaciones sexuales no tradicionales entre menores, a pesar de que las dos cuentas estaban marcadas para 18+.

Esta feminista y activista rusa de derechos humanos está pagando un alto precio  por difundir los ideales de inclusividad, tolerancia y empoderamiento de las mujeres. Además de haber sido detenida arbitrariamente, interrogada e intimidada en múltiples ocasiones, están coartando todas sus iniciativas teatrales y creativas.

Dibujar el cuerpo de la mujer no es pornografía. Defender los derechos del colectivo LGBTI no es delito. Yulia no ha hecho nada malo. Es el objetivo más reciente de la campaña fuertemente discriminatoria y homófoba que hay en Rusia.

Firma para que cese la persecución de Yulia Tsvetkova y para que pueda seguir creando y expresándose libremente.

 

Publicado el 28 de abril de 2021