Vitalina Koval, activista LGBTI ucraniana – Amnistía Internacional Argentina | Defendemos los derechos humanos

Vitalina Koval, activista LGBTI ucraniana


Vitalina Koval, ucraniana, es una de esas personas que sorprende inmediatamente por su valentía y decisión. Segura de sí misma y de lo que está bien, siempre va directa al grano. Cuando dice que quiere igualdad para todo el mundo en su país lo dice de verdad y está decidida a lograrlo.
"Algún día, me gustaría ver una marcha del Orgullo en mi ciudad natal [Uzhgorod, en el oeste de Ucrania]", afirma. Vitalina es lesbiana declarada y coordina un centro comunitario para personas LGBTI en Uzhgorod, que ofrece apoyo entre iguales.

Vitalina Koval

En marzo de 2018, Vitalina fue atacada por defender sus derechos y los de otras personas durante una manifestación celebrada en Ucrania con motivo el Día Internacional de la Mujer. Seis personas de un grupo radical llamado “Karpatska Sich” le arrojaron pintura roja durante la manifestación. La pintura le cayó en los ojos y le causó quemaduras químicas.

"Me han atacado muchas veces, pero ya no tengo miedo.
Sentí dolor, conmoción y miedo: '¡podía haber quedado ciega!'. En seguida la gente trató de darme primeros auxilios. Me dieron pañuelos y agua para quitarme la pintura. No funcionaba. Durante esos largos minutos seguía sintiendo dolor y no podía quitarme de la cabeza la idea de que podía perder la vista."


Afortunadamente, la vista de Vitalina no sufrió daños irreversibles.



Desde el hospital, Vitalina se dirigió inmediatamente a la comisaría de policía, todavía cubierta de pintura. Al llegar, vio que sus agresores estaban sentados en la recepción tras haber sido detenidos. Un agente de policía hizo a Vitalina Koval decir —en voz alta— su dirección, de modo que sus agresores pudieron escucharla. Se sintió asustada e insegura. Al presentar la denuncia, la policía no quiso calificar inicialmente el incidente de “crimen de odio” y fue necesario que Vitalina insistiera durante varias horas para que su denuncia se registrara en esos términos en la base de datos de la policía.

En los días siguientes, Vitalina y otros activistas que habían participado en la manifestación del Día Internacional de la Mujer el 8 de marzo observaron un aumento de la retórica amenazadora de “Karpatska Sich”, que amenazó con más violencia a Vitalina y a otros activistas a través de sus páginas en las redes sociales. El 12 de marzo, dos activistas que habían participado en la manifestación del 8 de marzo -que no habían sido atacados en un principio- denunciaron que miembros del Karpatska Sich los habían seguido hasta sus domicilios y los habían golpeado. “Empezaron una auténtica cacería contra nosotros”, recuerda Vitalina. Temiendo por su seguridad, Vitalina decidió abandonar Uzhgorod por unos días.

Ya no tengo miedo




El ataque del 8 de marzo con motivo del Día Internacional de la Mujer, así como la "cacería" que le siguió, han conmocionado a Uzhgorod. La ciudad siempre fue un hogar para gente con diversas procedencias étnicas y culturales. Vitalina siempre lo creyó así y por eso decidió luchar.
En respuesta a los ataques y al aluvión de amenazas, Vitalina decidió organizar una acción pública -bajo el eslogan “Por una Uzhgorod europea, contra la impunidad de la ultraderecha”- para defender el derecho de reunión pacífica y de libertad de pensamiento. "No voy a tolerar ninguna forma de violencia contra mí”, escribió en su página de Facebook.

LOS DERECHOS DE LAS PERSONAS LGBTI EN UCRANIA: ¿SE QUEDAN A MITAD DE CAMINO?


El caso de Vitalina es sólo uno de los más de 30 ataques similares documentados por Amnistía Internacional en los últimos 14 meses. La realidad de Ucrania en 2018 es que cualquier persona que simplemente decide participar en un evento feminista o LGBTI pone su seguridad en peligro. Grupos locales de extrema derecha que se definen como patrióticos y nacionalistas interrumpen los debates públicos, amenazan a periodistas y atacan a quienes participan en acciones públicas. Y lo hacen con impunidad casi total. Sólo uno de las decenas de ataques recientes se llevó a los tribunales.

Es justo decir que Ucrania ha logrado progresos significativos desde la primera marcha del Orgullo de Kiev que tuvo lugar en 2013. La marcha pasó de ser una concentración marginal de 50 personas en las afueras de la ciudad a ser un evento que reúne a miles de personas en el centro de la ciudad y cuenta con medidas de protección sin precedentes por parte de las autoridades, entre ellas, un gran dispositivo policial e incluso la habilitación de trenes del metro de la ciudad para poder evacuar el evento de forma segura al finalizar.

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